Prólogo

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Corrió por los pasillos asustada, tenía la respiración agitada, sentía sus pulmones apunto de explotar y aclamaban un poco de aire .

Sin embargo ella no se rindió siguió corriendo y corriendo por los pasillos apenas iluminados por los bombillos blancos colgados del techo.

En sus brazos llevaba un bulto pequeño cubierto con una sábana rosada. Podia escuchar los quejidos que salían de esa pequeña cosita recién nacida.

Al salir de aquel lugar encontró su auto dejo al pequeño en la silla que tenía comprado con antelación y corrió al asiento del conductor.

Salió de ahí tan rápido que nadie se dió cuenta que aquel día, un bebé había sido robado, arrebatado de los brazos de su madre para siempre.

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