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Felix se aseguró por milésima vez de que MinHo estuviera dormido, y, su mejor amigo todavía seguía sin moverse ni un centímetro, respirando tranquilamente.
Parecía que realmente estaba dormido...
MinHo tenía el sueño pesado, así que debería ser seguro realizar ahora su plan.
Felix tenía un plan, acostarse con el padre de su mejor amigo. Había pasado años con un crush en él, y ahora que finalmente era mayor de edad, ya no tenía excusas para no hacer algo al respecto.
Su plan era simple, quedarse hasta la noche en la casa de MinHo con la excusa de una pijamada, y, cuando MinHo se quedara dormido, se pondría su arma secreta e iría a coquetearle a su padre.
Su arma secreta era una falda súper corta, a la que se le refería con cariño como 'puti-falda'. Y, con eso, estaba seguro de que lograría que el señor Hwang se lo follara.
Así que, sigilosamente, se cambió de ropa, poniéndose la falda, y salió de la habitación de MinHo, realizando su camino hacia la de su padre.
Una vez frente a ella, tocó suavemente la puerta, esperando a que Hyunjin le abriera. No tuvo que esperar mucho, pues, casi de inmediato la puerta se abrió, revelando a aquel alto y apuesto hombre que tanto lo enamoraba.
La mirada de Hyunjin era pesada, mirándolo de arriba a abajo, quedándose más tiempo del que debería en la piel descubierta de sus muslos.
—¿Qué es lo que necesitas? —Le preguntó Hyunjin, forzándose a sí mismo a mirar a Felix a los ojos.
—Quería mostrarle mi falda —Felix le sonrió dulcemente—. ¿Le gusta, señor Hwang?
Hyunjin parpadeó rápidamente, una vez más teniendo que forzarse a sí mismo a mirar a Felix a los ojos, y se aclaró la garganta, antes de decir:
—Es... es linda, aunque un poco corta.
—Oh —soltó—. ¿De verdad cree eso, papi?
Felix tuvo que reprimir la sonrisa en sus labios al llamarlo así.
—¿Q-qué? —Hyunjin tartamudeó, casi ahogándose con su propia saliva—. ¿Cómo...? ¿Qué dijiste?
Felix le sonrió con una falsa inocencia.
—Dije que si de verdad cree eso.
Hyunjin negó, sacudiendo su cabeza de un lado a otro.
—Repítelo, repite como me llamaste —Hyunjin le ordenó con un tono firme, su voz volviéndose ligeramente más profunda, tan intimidante...
—Papi —Felix dijo, mirándolo directo a los ojos.
Hyunjin se tensó, claramente afectado.
—¿Por qué? —preguntó, frunciendo el ceño—. ¿Por qué me llamaste de esa forma?
