Capitulo 21

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Luca

Le había hecho el amor, me había entregado en cuerpo y alma a mi esposa y ella hizo lo mismo, me entrego lo que quedaba de su alma y me prometí en recuperar cada pedazo y protegerla, porque su alma ahora es mía, así como la mía es suya, nos entregamos mutuamente había besado, adorado y amado cada parte de su piel, incluso las cicatrices que tenía en la espalda...

Elena esta acostada en mi pecho, abrazada a mi cuerpo como tenía que a ver sido desde un principio, estaba jugando con mis dedos mientras le pasaba mis dedos por su espalda y cabello.

- ¿Se supone que así se debe de sentir hacer el amor? - me pregunta mientras unía nuestros dedos, dejo un beso en su frente,  me moví para quedar de lado uno frente al otro.

- No lo sé, pero si es así es solo contigo y nadie más, te amo Elena Ambrosetti, eres mi mundo diosa - esos hermosos ojos me miran con sorpresa, incredulidad y miedo, se le escapan unas lágrimas y yo beso cada una de ellas, porque ella esta acá conmigo esta viva – no tienes que regresarme las palabras, no las digas hasta que lo sientas, sé que tenemos mucho camino, pero quiero hacer bien esto, quiero que confíes en mí, quiero que nos abramos el uno al otro, no más secretos, no más mentiras solo tu yo contra el mundo.

- Tengo miedo - confesa tan suave que parecía tener temor de que alguien la escuchara –  se que hemos hecho cosas que nos han lastimado, lo sé muy bien pero, tengo miedo de que después cambies de opinión; que me odies y me desprecies de nuevo... tengo miedo de que esto solo sea algún turco para engañarme, yo también quiero acabar con Sandro, quiero que la verdad salga a la luz, quiero ser libre, quiero una vida ya se contigo o no, sé que no soy una mujer que ha sido criada para ser tu esposa, soy una simple mujer alguien que no pertenece a tu mundo...

- Lo sé, siento todo el daño que te he causado, lo lamento mucho cariño... -digo mientras nos abrazamos y la dejo llorar en mi pecho. Elena estaba muy equivocada era la mujer perfecta para mí, no existía una mujer más fuerte que mi esposa, nos quedamos dormidos abrazados y reconfortándonos mutuamente.

Martin cancelo algunas visitas por orden mía y estaba más que feliz de hacerlo, Elena y yo nos quedamos en nuestro mundo, en una habitación de hotel por unos días. Le había hecho el amor, la había follado, había llorado en mi pecho, había reído; empezaron a  caer los muros que había levantado, dejando ante mí una mujer con el alma destrozada y las alas arrancadas, amaba a la mujer que era detrás de las miles y miles de paredes que había construido en toda su vida, amaba a la mujer que es ante el público, amaba a la mujer que es conmigo y los que más le importaban, estaba feliz de que me diera una oportunidad más, esta era la definitiva... nunca más iba a dejar a mi esposa.

Cuando me levanto después de una sesión de sexo, observo a mi esposa, esta desnuda cerca de la ventana, esta contemplando la fría noche de Corea, mientras algunos pétalos de cerezo caen en su cabello que se movía con el viento, era una imagen tan magnifica que tome mi teléfono he hice una foto.

-Se que estas despierto -dice mientras se daba la vuelta y me dedica una de sus bellas sonrisas es pequeña, pero es tan prefecta que bebo de ella, hacia que sus ojos se calentaran y se volvieran menos asustadizos.

- Ven acá bella esposa, tengo algo para ti - dice, me apoye en la cabecera de la cama, ella se acerco a mi cuando esta cerca la atraigo y la siento en mi regazo a horcadas en mí – sé que estas asustada, que piensas que todo puede salir mal, pero - le doy un beso en la punta de la nariz - quiero que confíes en mi, quiero darte el mundo entero, lo quemaría si me lo pidieras con tal de tenerte feliz a mi lado.

Ladea su cabeza  y pone sus brazos en mi cuello – Se qué harías eso y mucho más, pero no es necesario.

Niego con la cabeza y tomo la cajita que Ann me había dado, suelta un jadeo ahogado y se tapa la boca con las manos, esta sorprendida – sé que esto tenía que ser de una manera diferente... pero nunca me he arrepentido de haberme casado contigo a pesar de lo que dije, no sabes lo feliz que me sentía de haberte convertido en mi esposa... quiero que volvamos a empezar desde cero, quiero una familia contigo, quiero envejecer a tu lado, quiero que le demos fuego al mundo si es lo que quieres, pero siempre juntos, siempre tú y yo contra todo, quiero ser tu protector, quiero ser tu amante y tu esposo; si me aceptas, dime Elena Ambrosetti ¿aceptarías casarte conmigo una vez más? -abro la cajita, dejando el anillo ante sus ojos, deja escapar un sollozo y asiente.

-Dame tus palabras mi amor.

- Si, por supuesto que acepto -le quito el anillo de diamante que le había entregado, el único anillo que se queda es el de matrimonio, observo el contraste y no podía pensar en lo prefecto que se mira en ella – tiene el color de tus ojos -dice, observábamos el anillo.

Tomo su mano. besando el dorso de ella, así como las cicatrices de su muñeca, sigo por sus labios besándola, saboreando este dulce momento,  mientras la deslizo en mí ya endurecida polla, mi esposa empieza a balancear sus caderas, tomamos un ritmo, le doy la vuelta y empieza a embestirla.

-No sabes cuanto te amo esposa - dijo entre jadeos. 

- Yo.... - la cayo con un beso.

- No lo digas, aun....  - gime en mis labios - eso es mi amor grita, y  deja que toda Corea escuche quien te está follando -digo mientras la penetro con más fuerza - eres-embiste-mía- embiste- te amo- embiste- la mia dea.

- ¡mio Dio

Elena se corre tan magníficamente que le sigo al mismo tiempo, me derrumbo sobre su cuerpo apoyando los codos para no aplastarla. Escuchar a mi esposa hablar en italiano era una cosa nueva, decidimos que terminaría la gira una semana antes de los 3 meses, en el tiempo libre que teníamos vistamos muchos lugares juntos, paseamos como dos enamorados.

Antes de irnos Elena y yo repetimos nuevamente nuestros votos en una ceremonia privada, solo con Jetmir, Enzo, Andrew y Martin, lena se miraba hermosa con un vestido blanco largo sin mangas, nos dimos el sí quiero y después dejamos Corea que se había vuelto uno de los países con un gran significado para ambos, mientras volábamos directo a Londres, Martin y el personal de publicidad  de la familia real anunciaban nuestra renovación de votos con una de las fotos que nos habían sacado en nuestras boda.

La casa real de Windsor se alegra de comunicar que sus altezas reales Elena Windsor de Ambrosetti y Luca Ambrosetti renovaron sus votos en una ceremonia íntima en Corea rodeados de sus familiares y seres queridos, poniendo así fin a los rumores que rodean a la pareja, sus majestades están muy alegres de compartir las nuevas noticias...

Atentamente la casa real Windsor en Buckingham palace.

Desde este momento todos se lo pensaran dos veces antes de tocar a mi esposa, desde este momento éramos ella y yo contra el mundo y Sandro...

Llegamos a Londres donde una multitud nos estaba esperando para felicitarnos y los medios estaban como locos queriendo la exclusiva del nuevo anillo que ocupaba su dedo anular.

Tomaron varias fotos de nosotros bajando del avión, pero no se hizo un comentario dejamos que Martin se encargará de todo, regresamos a casa donde estaba abuela, la triada y por su puesto mi padre, Eva y los mellizos  Nino y Fiorella, también habían venido Alexei con su esposa Isabella, Vasily y Renata  todos estaban acá, menos Jelena.

Nos dieron las felicitaciones por nuestra renovación de votos, tuvimos una charla todos donde las mujeres se habían agrupado viendo a los bebes intentando correr, ver a mi esposa con un bebé en brazo, hizo que se me crispara la polla por dejarla embarazada, dijo que tomaba las píldoras, después de haberla amenazado con matar nuestros futuros hijos. Vaya estupidez... tenia un largo camino que recorrer antes de dar ese paso.

Al llegar la noche Elena nos pide hablar con todos los hombres, decir que estaba nervioso era quedarse corto, mi esposa estaba a punto de abrir su propia caja de pandora y yo iba a estar allí para ella cuando se derrumbara...

Pero nada me preparo para escuchar la verdad salir de su boca, pensé que se tardaría más, pero al parecer esta lista para abrir heridas viejas, dejando a nuestra vista heridas que nunca sanarían, heridas que yo mismo había creado...

THE MAFIA QUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora