Capitulo 1 - El día a día

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"La depresión del bufón"

Datos a tener en cuenta para una mejor lectura:

Nombre de los Personajes, ejemplo: Chester

Pensamientos, ejemplos: -¿Enserio piensa eso de mí?-

-Acción de un personaje-, ejemplo:
-Toma sus cosas y se retira-

[Sonidos de un persona], ejemplo: [Agh]

La historia será narrada por un externo, así que no se contara la historia desde la perspectiva de ningún personaje para poder entender la historia desde una visión más fluida y "neutral" posible.

Desde ya disculpen por cualquier error u horror ortográfico.

¡Disfruten la historia!



















Capítulo 1:

El día a día

Esta historia empieza en Candyland, un enorme castillo donde se lleva a cabo un importante negocio dedicado a la venta de dulces, esta lujosa tienda está ubicada en Starr Park, un gran parque donde grandes y chicos disfrutan de varias atracciones, lugares de comida y shows temáticos.
Volviendo a Candyland, en esta trabajan una princesa bastante gruñona y mandona llamada Mandy y un bufón bastante alegre y juguetón (o por lo menos eso aparenta) llamado Chester.

Mandy: Agh!!! Que día más estresante, estos malditos niños son insoportables, maldigo el día en el que mis padres me dejaron a cargo de este lugar. -Exclamo sentada desde su trono-

- ¿¡Dónde será que se metió ese maldito bufón de cuarta!? -Dijo gritando bastante furiosa-

Chester: ¡Buenas princesa! -Grito el bufón saliendo de atrás del trono de la princesa-

Mandy: ¡¡¡Ahhh!!! ¡Me asustaste bufón estúpido! ¿Dónde te habías metido? -Le reclamo al bufón bastante furiosa-

- Tengo que estar lidiando yo sola con estos estúpidos clientes.

Chester: Lo siento, Mandy. Estaba en la bodega buscando unos objetos para hacer mi show y entretener a los niños. -Dijo el peli-rojo en un tono un poco bajo y triste luego del llamado de atención-

Mandy: ¿Para qué quieres unos estúpidos cascabeles? Solo di uno de tus estúpidos chistes sin gracia y listo. -Dijo con una voz amenazadora-

- Ahora quiero que te quedes aquí en todo momento, en caso de que vengan niños, tú los entretienes. -Le ordeno al bufón un poco más calmada-

El bufón solo asintió con la cabeza y se quedó al lado de su princesa en todo momento, por nada del mundo esta le dejaba irse, ya había tenido suficiente aguantando sola a los clientes y no quería que su bufón se escape y no cumpla con su trabajo, aunque ciertamente al bufón le gustaba hacer su show de trucos y chistes a los niños, realmente lo hacían sentir... feliz.

Así transcurrió y transcurría todos los días, semanas y meses, desde hace tiempo relativamente corto, de no más de un año pero que suponía un desgaste mental para los dos. Para Mandy el estar aguantando a los clientes que para ella eran "Insoportables y odiosos" día a día, y para Chester el estar aguantando todos los días a su jefa, el de cierto modo la quería y apreciaba pero a veces era sencillamente odiosa.

La depresión del BufónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora