Entre el Ayer y el Hoy

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"En las profundidades del reino de Hades, las almas de los amantes perdidos vagan eternamente, buscando el consuelo de la compañía del otro en un mar de sombras"

Londres

Años atras, meses antes de la desaparición de Joans.

El aire fresco del bosque acariciaba sus rostros mientras Joans y Jezebel caminaban por el sendero bordeado de árboles. La risa de Jezebel resonaba en el aire, contagiando a Joans con su alegría mientras se adentraban más en la naturaleza.

Después de una corta caminata, llegaron a una pequeña cabaña de madera escondida entre los árboles. Joans había preparado todo meticulosamente para esta ocasión especial. Abrió la puerta y dejó que Jezebel entrara primero, revelando el interior acogedor iluminado por la luz suave de las velas.

Jezebel miró a su alrededor con asombro, impresionada por la atmósfera romántica que Joans había creado. La cabaña estaba decorada con flores silvestres y velas, y una mesa estaba dispuesta con una cena preparada con esmero.

Joans sonrió nerviosamente mientras observaba la reacción de Jezebel, esperando que le gustara la sorpresa. Se acercó a ella y le ofreció la mano.

-¿Qué te parece, Jezebel? -preguntó con una sonrisa-. Espero que disfrutes de nuestra pequeña escapada.

Jezebel lo miró con admiración, sintiendo el calor de su corazón mientras se dejaba llevar por el ambiente romántico.

-Es perfecto, Joans. No puedo creer que hayas hecho todo esto por mí -respondió con una sonrisa radiante.

Joans, sosteniendo su mano con ternura, la guió hacia la mesa donde les esperaba la cena, mientras le decía: 

-Te lo debía - depositando un suave beso en su frente.- Ven, estoy seguro de que tienes hambre.

Jezebel mira curiosa el plato que le sirven, mientras Joans sonríe con picardía

-¿Qué es esto, Joans? ¿Algún tipo de exquisito manjar o estás probando tus habilidades culinarias secretas?-Dijo Jezebel burlandose.

-Oh, Jezebel, siempre tan desconfiada de mi talento en la cocina. Pero te aseguro que esto es totalmente comestible, y hasta diría que delicioso.

Jezebel le da una mirada escéptica antes de probar un bocado

- Bueno, al menos huele bien. Pero si me ves correr al baño, ya sabrás por qué.

Joans se ríe mientras le sirve una copa de vino.

- No te preocupes, cariño, he probado cada bocado y aún estoy de pie. Creo que podrás sobrevivir a esta cena sin necesidad de ir al baño de emergencia.

-Espero que no tengas planes de salir corriendo si yo caigo inconsciente por tu "deliciosa" comida.

Ambos ríen mientras continúan disfrutando de la cena.

-No te preocupes, estoy preparado para realizar la maniobra de Heimlich si es necesario. Aunque no sé si sería muy romántico.

- No, definitivamente no. Prefiero no arruinar este momento con una maniobra de primeros auxilios. Además, no creo que quieras lidiar con mi venganza si me atraganto.

- Tienes razón, mejor evitar cualquier situación de riesgo. Dejemos que la cena siga su curso sin incidentes, ¿de acuerdo?- Dijo Joans ya hambriento.

-Totalmente de acuerdo. Aunque debo admitir que tu sentido del humor hace que todo sea mucho más divertido.

- Solo estoy tratando de mantener la situación liviana y alegre, como tú siempre haces.

Ecos de un Amor PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora