━━━━━━ ❛ Solo quiero ser una de tus chicas esta noche ❜
[ Eros Rossi "Fey" fue el celebrity crush del supermodelo Suguru Geto ]
Suguru Geto mantuvo sus ojos en
Eros Rossi desde la primera vez que
lo vio, el flechazo fue instantáneo...
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Eros miró a la chica frente a él, podía sentir sus labios sobre su cuello dejando marcas y besos dulces que no significaron nada. No le gustaban las premiaciones, lo hacían sentir nostálgico, lo hacían recordar sus raíces, a sus padres, a su hermana.
No recordaba cuando había sido la última vez que había hablado con su padre, no eran unidos, no desde que tomó el nombre de Eros e inició su camino musical.
El mundo es demasiado pequeño para tener a dos Rossi en él, había dicho su padre en cuanto le compartió su idea de ingresar a la música. Eros había pensado que era una estupidez, que el gran Adrián Rossi temía que su hijo lo superara. Años después, Eros sabía que su padre tenía razón; el mundo era demasiado pequeño para tener a dos Rossi en él.
Suspiro antes de tomar el rostro de la chica entre sus manos y tomar sus labios en un beso fogoz, sus dientes chocaron y sus lenguas se enredaron, la mujer enredo sus dedos entre los mechones de su cabello rizado mientras intentaba seguir el ritmo de los experimentados labios de Eros, otra cosa que odio fueron las fiestas.
Nunca le habían gustado, no si estaba sobrio. Su nuca picaba, a veces se sorprendía así mismo mirando las bebidas de otros, y su garganta se sentía tan seca que dolía. Moría por una gota de alcohol, por una de las pequeñas pastillas que aún guardaba en el cajón falso de su baño —que había guardado en caso de emergencia—. Se sentía atrapado, ajeno a su propio cuerpo, no estaría mal tomar una de esas pequeñas píldoras. ¿Cierto?
Sabía cuál era su límite, no volvería a tener una sobredosis, estaba seguro de ello.
Ahora podía controlarse, no tomaría en exceso, nadie tendría que enterarse si era cuidadoso. Su agarre sobre la pequeña cintura de la rubia se fortaleció, sus ojos se mantuvieron abiertos durante el beso mirando la puerta del baño.
Solo debía fingir orinar y tomarla.
Unos gramos de ketamina no lo pondrían mal, solo lo harían soñar, perderse de la realidad.
—Eros —la chica jadeo contra sus labios, era bonita a decir verdad hermosa pero su atención no estaba en ella ni en sus suaves labios, estaba en el molesto picor en su nuca que se extendía por todo su cuerpo. —¿Por qué no vamos a la habitación?
Eros la miró por unos segundos antes de besarla, el sexo también le daba la euforia que le daban las drogas. El subidón era rápido y se iba en cuanto terminaba, pero era algo.
Su mano se enganchó con la de la mujer antes de besar cada uno de sus dedos. Su agarre fue suave, delicado, débil mientras caminaban por el pasillo hacia la habitación principal, alejándose del baño.
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