Evan, un joven de 28 años, se enfrenta a la complejidad de su existencia marcada por un trastorno disociativo de identidad. Conocido por sus dos identidades, Evan y Kai, su vida toma un giro inesperado cuando su padre le impone una condición: somete...
Winter, Kai y Bell llegan a la casa sin mayor novedad. Bell debía tomar sus medicamentos y no hacer movimientos bruscos.
La atmósfera está cargada de tensión y preguntas no dichas. Bell no estaba segura si aún era Kai quien estaba con ellas ya que se comportaba como Evan. -Evan, debes cuidar de Bell.
El joven asintió mientras miraba de reojo a Bell. -Si... Gracias por traernos hermana.
Winter, sintiendo la intensidad del momento, decide que es mejor dejarlos solos. -Bueno, creo que ustedes dos quieren descansar, ha sido una larga noche. Nos vemos, Evan -dice Winter, antes de despedirse con un gesto amistoso y salir por la puerta.
La casa se siente más grande y vacía una vez que Winter se va. Kai y Bell se quedan en el silencio, cada uno perdido en sus pensamientos. Kai rompe el hielo con una pregunta que ha estado quemando en su mente.
-Bell, necesito saber... ¿Qué pasó con tu esposo? ¿Por qué sigues con él a pesar de todo? Si no fuese por mi, ese hijo de perra te habría dejado en ese sucio callejon, golpeada.
Bell se queda mirando al vacío por un momento, pero sonrió. -Pense que te habías ido.
Le quitó la palabras en la boca a Kai. Se quedó en silencio. Comoe r aposible que con solo unas palabras está mujer le quitase el aliento?
Finalmente, con una voz apenas audible, comienza a contarle a Kai sobre los años de abuso, sobre la soledad y el miedo que la acompañaron, y sobre la complejidad de los sentimientos que aún la atan a Oliver.
-Es complicado, Kai. No es solo negro o blanco. Hay... había amor, y hay... miedo -sus palabras son un susurro, pero cada una lleva el peso de su dolor.
Kai escucha, su rostro es una máscara de calma, pero sus ojos arden con una furia contenida. -Pero porqué sigues casada con él?
Ella rodeó los ojos. -Le pedí el divorcio hace varios meses, pero no lo firma. Además puse denuncias en su contra por maltrato, pero al llegarle la constancia, todo se pone peor... Por eso ya no hago denuncias.
Cuando Bell termina, hay un largo silencio entre ellos. Ella se levanta. -Ire a descansar... Gracias Kai por ayudarme, en verdad lo aprecio.
Al verla ir hasta su habitación, Kai, impulsado por una mezcla de preocupación y deseo de protegerla, la detiene. -Espera, no puedes ir sola -dice suavemente.
Con un cuidado que contradice su fuerza, la toma del brazo y la guía hacia su habitación. No hay palabras, solo el sonido de sus pasos en el pasillo. -Kai?
El joven cerró la puerta tras de sí. -Voy a cuidarte está noche... No sé si mañana seguiré aquí o si te volveré a ver en una semana más. Deja que te cuide, porfavor.
Kai la mira a los ojos, buscando algún signo de miedo o rechazo, pero solo encuentra una triste aceptación. -Esta bien.
Ella iba a ir a acostarse, cuando Con una ternura que sorprende incluso a él, la besa en la frente, un gesto de cuidado y respeto. Bell cierra los ojos, y por un momento, se permite sentir segura. Se acuestan juntos, no como amantes, sino como dos almas heridas buscando consuelo en la presencia del otro.
La noche los envuelve en su abrazo oscuro, y mientras la luna brilla a través de la ventana, Kai y Bell se dejan llevar por el sueño, cada uno encontrando un poco de paz en medio de la tormenta de sus vidas.
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