XIV
J A M E S
Ver a Hope con más ánimo me hizo sentir positivo. Su encuentro con su papá había sido una montaña rusa de emociones, pero terminó bien. Vi a Hope intentando entenderse a si misma, pero feliz, y a Percy mirándola con cariño y orgullo, como si, incluso si se equivocara, jamás la bajaría del pedestal.
...
Sí, eso me había dolido.
Yo le tengo mucho respeto y cariño a mí madre, pero sabía que mi relación con ella era caminar en una cuerda floja. Si daba un paso en falso, caería, y nunca podía estar seguro de que ella me atraparía.
Tenía que admitir, que conocer a un dios no estaba entre mi to-do list para esta misión. Y, en realidad, me había sentido intimidado.
Pero es que, vamos, Perseo Jackson era alguien con quién no tenías que hablar para darte cuenta de que era importante y poderoso. A medida que avanzó la conversación me di cuenta de que en realidad era agradable, pero eso no le quitaba lo intimidante, decidí que era inteligente no ponerme en su contra.
Además, dijo que le recordaba a Annabeth Chase, ¿pueden creerlo? Yo pienso que estoy lejos de ser como ella, y no sé si lo seré algún día, pero aún así me emocionó mucho. Intenté que no se notara, pero probablemente no fui el mejor disimulando.
— La energía de este lugar no me gusta —dijo Hope, arrugando la nariz—.
— A mí tampoco —respondió Charlie—.
Asentí de acuerdo. Daba la sensación de tener a alguien mirándote, esperando para atacarte.
Nos subimos a un autobús, aún nos quedaba una hora de viaje, claro que era mejor que las ocho horas del tren.
Estábamos cada vez más cerca, y apenas reparaba en el miedo que sentía.
Respiré profundamente, todo saldría bien. No podía estar asustado. Contrólate, James.
Me dolía el estómago, como si lo tuviera apretado, igual que mi garganta. Tenía un cubo con el cuál jugaba cuando me sentía así, pero lo había perdido junto a mi mochila.
Miré el techo, inhalando y exhalando. Cálmate. Hemos pasado por mucho, Hope y Charlie deben estar igual o peor que yo, alguien tiene que estar bien. Soy un hijo de Atenea, por supuesto que todo irá bien, sé lo que estoy haciendo.
— ¿Quieres?
Hope me sacó de mis pensamientos, ofreciéndome gomitas azules. Pensaba que su obsesión con el azul no era sana, pero hoy descubrí que parece ser heredada (no es como que le quitará lo obsesivo).
— Gracias —asentí, tomando un par—.
Antes de volver a hundirme en mis pensamientos, ella volvió a hablar. — ¿Ustedes sabían que los girasoles siguen el sol durante el día?
Charlie ladeó su cabeza. — ¿Sí?
— Sip. No todos, pero gran parte de los girasoles tienen un comportamiento heliotri... hiloi– ¡Heliotrópico! O sea, que siguen la trayectoria del sol a lo largo del día —explicó—.
Me sorprendía la cantidad de datos random que ella podía saber. Con Hope, nunca tenías claro el límite de su conocimiento, habían cosas básicas que ella podía no saber, y cosas demasiado específicas de las cuales ella podía hablarte por una hora.
— Suena tierno —comentó Charlie, ella asintió—.
Hope me miró, engullendo el resto de gomitas que tenía. — ¿Cómo te sientes? Por tu herida, digo.
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The Prophecy
Science FictionLa profecía de los siete debió haber tomado lugar muchos años atrás, siendo Percy uno de ellos, habiendo rechazado la inmortalidad anteriormente. Pero, ¿qué pasa si Percy aceptó ser un dios? Algunos pensaron que la profecía se cumpliría de todas for...