//La noche olvidada//

158 11 7
                                    

Salió del bar, tambaleante, se había arrepentido de haber bebido tanto. Iba caminado hasta que el mareo y la desorientación le ganaron y cayó a brazos de un hombre bastante alto, cabello rubio pálido, tes blanca y unos ojos arcoíris bastante peculiares. Debido a los efectos del alcohol no pudo reconocer al sujeto, mas se le hacía familiar.

- Quién diría que me lo encontraría aquí pilar de la brújula, mucho menos en ese estado.- El rubio miraba el rostro del pelirrosa. Un hermoso e intenso color carmesí adornaba sus mejillas debido al licor, y una respiración agitada le hacía de igual modo compañía.

Sin previo aviso el de mayor altura es jalado por el menor y este mismo unió sus labios con él, el rubio abrió los ojos con sorpresa, pero luego sonrió con malicia y correspondió el fogoso beso.

- Veo que tienes una necesidad Akaza. No te preocupes, soy tu amigo, te ayudaré.- Rio el mayor.- Estas completamente fuera de tus cabales pilarcito.

Gruñía Akaza mientras era llevado en brazos por el ojiarcoíris

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gruñía Akaza mientras era llevado en brazos por el ojiarcoíris. ¿Adónde lo llevaba? A la residencia del pilar, este mismo tenía un gran disgusto y es que en esos momentos una erección yacía bajo su pantalón.

Douma de inmediato se percató de que a Akaza le habían vertido una dosis de droga en su bebida, en consecuencia la repentina erección del pelirrosa. Douma ya tenía claro el porqué le dieron aquella bebida con droga, prefería llevárselo él, a que otro hombre completamente ajeno a él, tocará un solo pelo a su queridísimo pilar y, como son "amigos" Douma está dispuesto a ayudarlo en todas sus necesidades.

- Bájame....- Dijo arrastrando la palabra Akaza.

- Akaza, Akaza, ¿cómo espera que lo ayude sin haber llegado a su casa?- Respondió Douma disgustando al pelirrosa, quien ya se encontraba desesperado.

- Es esa de allí.- indicó Akaza señalando una pequeña cabaña que se alcanzaba a divisar desde donde ellos estaban.

- Así que ahí es donde vive.- Pensó Douma.- ¿Cómo antes no había visto aquella cabaña?- Se preguntó a si mismo.

Al llegar a la posada, Akaza se bajó de inmediato de los brazos de Douma y le dio un fuerte tirón a las vestimentas contrarias, obligándolo a que lo bese. El mayor no refutó ante la acción ejercida por Akaza, simplemente rodeó las caderas del menor y los acercó más a él.

Douma se reía en su mente, ¿cómo puede este pilar ser tan agresivo cuando está sobrio, pero cuando está ebrio es alguien tan sumiso?

Akaza simplemente no pensaba lo que hacía, era tanta su ebriedad que ni siquiera reconocía a la persona que tenía en frente y con la cual se estaba besando, solamente se dedicaba a hacer lo que su cuerpo le rogaba a gritos que hiciera.

***

- Mierda...- Dijo átonamente Akaza quien recibía besos de Douma. Le besaba en sus mejillas, en sus labios carnosos y una que otra vez en su cuello.- ¿Puedes dejar de hacer eso? Estoy desesperado.- Refunfuño con enfado Akaza apartando el rostro de Douma.

¡Maldito Demonio!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora