𝟬𝟳 | 𝐅orget 𝐢f 𝐢t's 𝐜orrect.

485 42 33
                                    

Bill.

Salí de mi habitación después de darme una ducha más, y poner... Las sábanas en la lavadora.

Me sentía más relajado a diferencia de hace unas horas, era cómoda la sensación y no se sintió tan tedioso salir de la habitación y tener que verlo ahí afuera. Olía bastante bien, me acerque a la cocina, y en el mezon había un plato de pasta a la boloñesa. Mis ojos se ampliaron al ver lo bien que se veía. Levante mi mirada del plato, y vi como Tom acomodaba algunas cosas que aparentemente eran de las que había comprado en la nevera.

- ¿Aún te gusta la pasta? - Pregunto como si nada al percatarse de mi presencia. Yo simplemente quise actuar como si nada hubiese pasado y aligerar un poco el ambiente.

- No la pruebo desde que me fui.

Me acerque a un taburete y me senté frente al deleitante plato.

- Entonces pruébala nuevamente... A menos de que ya estés lleno.

Baje mi mirada de vuelta al plato, y sin más agarre el tenedor y comí un poco. Dios santo, estaba muy bueno. Terminé de tragar, y solo mire a Tom con los ojos bien abiertos.

- ¿Cómo es que sabes cocinar?

Guardo lo que había quedado del paquete de espaguetis en la nevera.

- Fui yo el que se quedó con mamá.

Y mi madre es una experta en la cocina, cada plato que hacía era exquisito. Supongo que vivir toda tu vida con esa mujer te hace aprender ciertas cosas.

- Ojalá supiera cocinar así.

- Puedo deducir que pides mucha comida a domicilio.

Lo mire con una pequeña sonrisa y el entrecejo fruncido.

- Cómo supiste. - Dije de manera amistosa.

- Tu nevera es la definición de "vacío" y los números de los locales de comida adornan la puerta del freezer. - Cerró la nevera al terminar de meter todo, la verdad es que tenía tiempo sin poner nada en aquella nevera, muy pocas veces hacía compras que no fueran un paquete de pan, queso, jamón, salsa y un refresco o algún cartón de jugo. Digamos que... Cocinar no se me daba tan bien como a él. Por otro lado, me reí libremente de aquel comentario que hizo.

- Ahora tu nevera se llenará de comida, a ver si comes otra cosa que no sea pizza o comida chiná.

- ¿Me vas a cocinar más seguido? - Dije con las clara intenciones de pedirle que lo siguiera haciendo.

- Si lo deseas. - Amplio su sonrisa.

Yo con felicidad plasmada en el rostro, agarre otro rollo de pasta y me lo lleve a la boca gustosamente. Me sorprendía como... El ambiente era tan ligero, tan cómodo, y también era extraño estar formando pequeñas conversaciones coquetas y algo amistosas con quien al principio jure odiar. Ignorando sus comportamientos, y expresiones que no daban buenos presentimientos... Su rostro fuera del enfado era... Era literalmente el rostro de alguien al cual te provoca abrazar. Eres tan raro, Tom... Pero me llamas mucho la atención.

- ¿Cómo te fue en el instituto hoy? - Pregunto apoyándose del mezon quedando frente a mí.

- De la mierda. - Fui sincero, había sido un asco de día.

- ¿Puedo preguntar por qué? - Yo juguetee un poco con la comida en mi plato guardando silencio.

- Me odian allá.

Bueno, Natalie había sido la única en demostrarme el notorio odio que empezaba a tenerme, pero con las miradas despreciables de los demás puedo deducir que ya me gane el odio de otras personas más cerca de la situación.

𝗖𝗜𝗚𝗔𝗥𝗘𝗧𝗧𝗘𝗦 | 𝐓oll Donde viven las historias. Descúbrelo ahora