18- Cena

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Un mes había transcurrido en un suspiro, un tiempo de calma donde solo Evan y Bell compartían sus días. La ausencia de Kai era como una pausa en la sinfonía de sus vidas. Bell, con cada encuentro, sentía cómo sus emociones se entrelazaban con su profesionalismo, una danza peligrosa que amenazaba con desmoronar las barreras que había construido.

Bell, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, dijo:
-Evan, has progresado mucho este mes.

Él la miraba con una gran intensidad, sus ojos reflejando una gratitud sincera.
-Gracias a ti, Bell. No sé qué haría sin tu guía.

Estaban de camino a una cena familiar de los Anderson, un evento que marcaba la primera vez que Bell vería a los padres de Evan. Al llegar a la casa, una mansión de tres pisos se alzaba ante ellos. Bell se quedó boquiabierta y Evan rió con cariño.
-Te van a entrar moscas.

Bell cerró su boca, avergonzada, y arregló sus lentes.
-Sí...

Fueron recibidos por una señora de aspecto único, cuya presencia imponía respeto y calidez.
-Hijo, qué bueno verte al fin.

Ella abrazó a Evan y él respondió al gesto con igual afecto.
-Sí... Quería venir estando más estable y aquí estoy, todo gracias a Bell.

La mujer, quien Bell supuso que era Anna, la miró con una sonrisa acogedora.
-Tú debes ser Bell.

Con un asentimiento, Bell sintió por un momento el impulso de hacer una reverencia.
-Y usted Anna.

Anna la abrazó con la misma calidez que a Evan.
-Me da gusto conocerte. Nick nos habló mucho de ti y te recomendó, por lo visto no se equivocó.

Bell se sintió confortada, pero esa sensación cambió cuando Tony ingresó a la sala.
-Hola Evan. Si te soy sincero, no pensé que vendrías.

Bell se tensó, su cuerpo reaccionando instintivamente a la presencia de Tony.
-Bell, ¿verdad?

Ella respondió con una voz firme.
-Sí.

Tony la examinó de pies a cabeza y luego se dirigió a Evan.
-Hiciste un buen trabajo con los inversionistas. Espero que sigas así.

Evan se iluminó, por fin su padre le reconocía un logro.
-Gracias...

Anna miró a ambos con mucho amor.
-Vamos a la mesa, Winter debe estar lista con la cena.

Bell siguió a Evan hasta el comedor, donde vio a Winter sirviendo la comida.
-Está servido.

Bell se acercó a Evan para susurrarle.
-¿Por qué ella está cocinando?

Evan sintió su corazón acelerar al tener a Bell tan cerca de su rostro.
-Es chef.

-Ohhh...

Bell se sorprendió y se sentó a comer junto con Evan.

La cena familiar de los Anderson era un evento marcado por la tensión y las expectativas. De vez en cuando, Tony interrogaba a Evan sobre la empresa, Anna se limitaba a escuchar, Winter servía la comida y Bell... Ella observaba el comportamiento de todos.

Era obvio que Tony veía en su hijo una pieza clave en el ajedrez político que jugaba, y esto se hizo más claro cuando anunció:
-Evan, te tengo una sorpresa.

Al decir esto, Tony se levantó de su asiento y abrió la puerta. Entró una mujer, cuya presencia era tan elegante que parecía deslizarse con gracia por cualquier espacio. Su belleza era atemporal, una mezcla de rasgos clásicos y una expresión viva que capturaba la atención de todos.

Bell se sintió diminuta al lado de ella.
Evan, por otra parte, se mostró molesto.
-¿Blair?

Al escuchar el nombre, Bell sintió una punzada en el corazón.

Tony, extendiendo su mano, hizo pasar a Blair.
-Hola Evan, tanto tiempo.

El joven estaba más confundido que feliz.
-¿Qué haces aquí?

Ella observó a Bell, quien estaba cabizbaja.
-Tu padre me invitó y después de tanto tiempo decidí venir a verte. Te he extrañado.

Evan sintió un zumbido en sus oídos.
Tony, muy confiado, le dijo:
-El padre de Blair es un importante consejal, me dio su apoyo en la campaña. Pero a cambio quiere que te comprometas con Blair.

-¿Qué?

Evan estaba horrorizado. Bell sentía que iba a llorar y ahí supo que estaba enamorada de Evan.

-Disculpen, debo ir al baño.

Evan salió del lugar a paso rápido, dejando a Bell entre dos hienas.

Bell observaba desde la sombra, su corazón latiendo al ritmo de una decisión tomada.
La presencia de Blair, la manipulación de Tony, todo servía para confirmar que su lugar no estaba allí.

"No puedo seguir así. Mis sentimientos por Evan... es hora de dejarlo ir, ahora que está mejor..."
Pensó mientras jugueteaba con la servilleta.

Al llegar al comedor, se encontró con la sorpresa de que Bell ya no estaba.
-¿Y Bell?

Tony y Blair rieron.
-Ya siéntate, deja de preocuparte por una simple terapeuta.

-¡Tony! -Le gritó Anna, miró a su hijo y le dijo- Se fue hace un minuto.

El chico corrió hasta la puerta, salió y vio a Bell caminando por el jardín.
-¡Bell!

Gritó para que ella se detuviera, pero siguió su camino.
Solo se detuvo cuando él la tomó del brazo.
-Bell...

Se preocupó al ver los ojos llorosos de ella.

-Evan, necesito decirte algo importante. He decidido...
Las palabras se derramaron de sus labios como un río que finalmente encuentra su cauce.

-Continúa, Bell...

Bell se detuvo, lo miró más de cerca y sus cejas se levantaron.
-Kai.

En ese momento, una sombra cruzó el rostro de Kai, un atisbo de miedo que nunca antes había mostrado.

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Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora