Confusion y destinos cruzados

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NARRA SARA
El último concierto había sido todo un éxito, pero apenas era el inicio de un viaje que sentía como una montaña rusa de emociones. Entre la adrenalina del show y el cansancio acumulado, lo único que deseaba era llegar al avión, cerrar los ojos y dejar que el mundo se desvaneciera un rato. Sin embargo, el destino parecía tener otros planes para mí.
En el vuelo, terminé sentándome junto a Joe, algo que, para mi sorpresa, me hacía sentir más nerviosa que relajada. Apenas despegamos, él rompió el silencio.
—¿Cómo estás? —preguntó, su tono cálido pero con una chispa de curiosidad.
Lo miré de reojo, todavía un poco reservada.
—Bien, un poco nerviosa con todo esto —admití.
Joe sonrió, como si mi respuesta le confirmara algo que ya sabía.
—Tranquila —dijo, tomando mi mano y acariciándola suavemente—. Te prometo que voy a dar lo mejor de mí... Voy a hacer que te enamores de mí, hermosa.
Su comentario me tomó por sorpresa, y no pude evitar sonrojarme. Sin pensarlo demasiado, me acerqué y le di un beso corto en los labios. Cuando me separé, su expresión era la de un niño con un juguete nuevo.
—Me sorprendiste, la verdad —dije, sonriendo como si no pudiera creérselo—Igual quiero ver cómo me enamoras, ¿eh? —respondí con una sonrisa traviesa.
Él solo rió, y en ese momento, todo el ruido de mis pensamientos pareció calmarse. Me recosté en su hombro, cerré los ojos, y antes de darme cuenta, me quedé profundamente dormida.
Desperté tres horas después, con Joe sacudiéndome suavemente.
—Hermosa, despertate. Ya llegamos —dijo con voz baja y amable.
Parpadeé lentamente, todavía desorientada.
—La próxima vez te despierto con un beso —bromeó, riéndose entre dientes.
No pude evitar sonreírle. Esa conexión que teníamos empezaba a volverse más natural, menos incómoda. Bajamos del avión y nos encontramos con el resto del grupo en el aeropuerto.
Nick fue el primero en acercarse a mí, con esa sonrisa que siempre parecía iluminar su rostro.
—¿Cómo viajaste, princesa? —preguntó con un tono amigable.
—Muy bien. Dormí casi todo el viaje, y en el medio vimos una película con Joe —respondí mientras me acomodaba el cabello.
Nick frunció el ceño, fingiendo estar molesto.
—Pues yo no la pasé tan bien.
—¿Por qué? —pregunté, genuinamente confundida.
—Porque estabas al lado de Joe y no conmigo —respondió, sonriendo de lado.
Me reí, aunque sus palabras tenían un tono que no sabía cómo interpretar.
—Espero que ahora pases más tiempo conmigo. Acordate que me debés una salida —añadió, guiñándome un ojo.
Antes de que pudiera responder, sentí el brazo de Joe rodeando mis hombros con firmeza.
—¿Qué hacían? —preguntó, mirándonos a los dos, su mirada ligeramente inquisitiva.
Nick no perdió la calma y respondió con una sonrisa tranquila.
—Nada, solo hablábamos de que me debe una salida.
Sentí cómo Joe se tensaba a mi lado, así que intenté aliviar el ambiente.
—Es una salida de amigos para conocernos más —dije rápidamente, sonriendo para minimizar cualquier malentendido.
Funcionó, porque Joe se relajó, aunque no del todo. Decidí que era mejor cambiar de aires, así que me disculpé con ellos y fui a buscar a Kevin, quien estaba más apartado del grupo.
Cuando lo encontré, él me sonrió como siempre, con esa calidez tan característica suya.
—¿Qué pasa, Sara? —preguntó con curiosidad.
—Nada importante, solo cosas mías y de mi cabeza. Ya sabes, esas locuras y demonios que todos llevamos dentro —dije, intentando no profundizar demasiado.
Kevin asintió, comprensivo.
—Te entiendo perfectamente. A veces también me pasa, pero aprendí a ignorarlos. Funciona con el tiempo —respondió—. Igual, si necesitas ayuda para enfrentarlos, contá conmigo. Sé que aquí no vas a tener a tus amigos ni a tu familia cerca, pero yo puedo ser tu amigo o hermano mientras estemos juntos.
No pude evitar sonreírle, agradecida.
—Gracias, Kev. En serio necesito un amigo ahora.
Él asintió con una sonrisa sincera.
—Ya es hora de ir al hotel —dijo Joe desde la distancia.
Nos reunimos con el grupo y salimos del aeropuerto. El trayecto hacia el hotel fue tranquilo, todos estábamos agotados. Sabía que al día siguiente nos esperaba un gran concierto en México, y el cansancio no podía ser una excusa para ellos. Así que, al llegar al hotel, me metí directamente en la cama. Mientras el sueño me vencía, no podía evitar pensar en lo caótico, extraño y emocionante que estaba siendo este viaje.
NARRA JOE
El viaje hacia México había sido una mezcla de emociones. Aunque había disfrutado el concierto, algo en mí se sentía inquieto. Estaba comenzando a entender que lo que había empezado como una amistad con Sara se estaba convirtiendo en algo más. Algo complicado, lleno de incertidumbre. Y ver a Nick con ella solo aumentaba mi confusión.
Durante el vuelo, me encontré con la oportunidad de acercarme a ella, aunque no pude evitar notar lo nerviosa que se veía. Quizá no era el mejor momento para confundirla aún más, pero las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera pensar en las consecuencias.
Cuando le dije que haría que se enamorara de mí, su reacción me sorprendió. El beso que me dio fue algo fugaz, pero me hizo sentir como si todo hubiera cambiado entre nosotros en un solo segundo. Por un momento, olvidé las tensiones con Nick, las dudas en mi cabeza. Todo lo que pude hacer fue disfrutar de su cercanía.
Sin embargo, al llegar al aeropuerto y ver a Nick acercándose, las dudas regresaron. Vi la chispa en sus ojos al dirigirse a Sara, y una parte de mí se tensó. Intenté mantener la calma, pero algo en mí no podía dejar de sentir celos.
A lo largo del día, traté de seguir siendo el hermano protector que siempre fui con él, pero las palabras de Sara me rondaban. ¿Estaba ella confundida también? ¿Cómo podía competir con Nick si lo que más quería era que ella estuviera feliz?
Al final, después de todo lo que pasó, entendí que no podía forzar nada. No importaba cuánto lo deseara, era su decisión. Pero al mismo tiempo, me sentía impotente al ver cómo la relación entre ellos dos se acercaba más y más, mientras yo me quedaba atrapado en mis propios sentimientos.
La noche había terminado, pero no podía dejar de pensar en lo que estaba por venir. El concierto en México sería el siguiente capítulo de esta historia, pero una parte de mí sabía que lo más difícil aún estaba por llegar.
NARRA NICK
El viaje a México había sido largo, pero al menos tenía algo de tiempo para pensar en todo lo que había estado pasando últimamente. La verdad es que me estaba empezando a sentir más cerca de Sara de lo que había planeado, y eso me desconcertaba.
Mientras viajábamos, intenté mantener una actitud relajada, pero al ver a Joe y a Sara juntos, algo en mí se empezó a agitar. Joe, siempre tan seguro de sí mismo, parecía decidido a ganarse el corazón de Sara. Y yo, por otro lado, no podía dejar de sentir que ella me miraba de una manera diferente también.
Cuando llegamos al aeropuerto y me encontré con ella, traté de jugar a ser el chico simpático y bromista, pero no pude evitar sentir una punzada cuando dijo que había estado viendo una película con Joe. Esa sensación de competencia no era algo que me gustara, y me hacía dudar de mis propios sentimientos.
Pero cuando mencioné la salida que me debía, vi cómo Joe se tensaba, y eso me hizo pensar que tal vez no era tan fácil para él como lo había mostrado. Aunque lo disimulaba, algo me decía que Joe también estaba empezando a luchar con sus propios sentimientos. ¿Qué haríamos los tres ahora?
El concierto en México sería crucial. No solo por la magnitud del evento, sino también porque tal vez las cosas se pondrían aún más complicadas entre nosotros.

 No solo por la magnitud del evento, sino también porque tal vez las cosas se pondrían aún más complicadas entre nosotros

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