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Dazai y yo llevamos un largo tiempo en una relación, las personas a nuestro al rededor creían que Dazai era un "Inmaduro que no puede tener una relación" pero véanlo aquí desempacando sus cosas en mi apartamento, habíamos decidido ya vivir juntos y lo más preferible era mi apartamento. Me encontraba en el baño acomodado todas las pastillas que él tenía cuando su voz me hizo voltear a verlo, desde el baño daba una vista a la pequeña sala.

"Creó que necesitaremos un otro librero" dijo seriamente viendo su caja llena de libros mientras rascaba la parte de atrás de su cuello. - " Bueno de mientras los pondré en el suelo"- su tono de voz había cambiado a un más alegre, mientras acomodaba sus libros tarareaba una canción intenté no interrumpir este momento, se veía tan lindo con su cabello despeinado y una playera holgada.

Acabé de acomodar las medicinas y me dirigí hacia el cuarto que ahora sería nuestro cuarto, estaba colgando sus camisas cuando sentí sus brazos sobre mi cintura y su cabeza se recargó sobre mi hombro.

"Ya no quiero hacer nada" dijo en un tono adorable.

"Ya no hagas nada, sólo falta la ropa y acabamos" dije

"Soy un hombre de pocas cosas materiales" dijo él mientras sus dedos recorrían mi brazo. Le di un beso en la mejilla y compuso su postura soltando mi cintura mientras me hacía verlo de frente. Era mucho más alto que yo.- "Aparte al final todo lo material se pierde y lo único que tenemos son estos recuerdos"- dijo para dar un beso en mi frente. Esa noche, nuestra primera noche nos fuimos a dormir temprano ya que tenía un caso importante al siguiente día.

Eran las 7 am cuando me levanté por el ruido de la cafetera, me encontré a Dazai mirándose al espejo mientras acomodaba su camisa.

"Buenos días" dije, él sonrió y volteó a verme.

"¿Te levanté?, perdona" dijo con una voz aún adormecida.

"No, ¿Qué hora es?" Dije mientras frotaba mis ojos.

"Umm, creó que 6:30" dijo mientras arreglaba su cabello. Estiré mi brazo para alcanzar mi celular y ver la hora.

"¡Dazai! Son las 7:15 ya deberías estar en el trabajo" dije.

"Opss.. Kunikada va estar muy enojado" dijo riendo. Camino hacia mi y me dio un beso en mi cabeza- "Te veo a la hora de la cena, cuídate".- me sentía tan afortunada, dejo todo el cuarto oliendo a Bamboo.

Me dirigí al trabajo esperando que ya fuera la hora de volver a verlo, por un momento pensé que al Vivir juntos ya no me mandaría mensajes pero él aún me manda sobre cómo Kunikida estaba molesto, que Atsushi le invitó de su comida a pesar que él tenía la suya. Eran 6:30 cuando llegué a nuestra casa.

Él tenía sus audífonos puesto mientras leía un libro acostado en el sillón, me acerqué a él y cuando me vio sonrió.
"¿Cómo estuvo tu día?" Pregunto poniendo su libro en su pecho y quitando sus audífonos.
"Normal, ¿y el tuyo?" Dije, él tomo mi muñeca y me jalo hacia él quedando acurrucados de manera incómoda en el mueble provocando que su libro se cayera.-"Perderás la página" dije preocupada.

"La recuerdo, te extrañe" dijo abrazándome

"Yo igual te extrañé" dije

"Mi día estuvo aburrido, no estabas ahí y Chuuya no respondía mis mensaje para molestarlo" dijo él haciendo un puchero. Y después decir de forma seria- "Aunque Sigma y Atsushi hicieron galletas, te traje un poco, también encontré una forma divertida de cometer suicidio, sabías que comer hongos te puede matar?".

"¿Otra vez quieres intentarlo?" Dije de manera preocupada. Me abrazo fuertemente y puso su cabeza cuello como escondiéndose a lo cual sabía que iba decir algo que le avergüenza, no está acostumbrado hablar sobre sus sentimientos.

"La verdad no pero tantos años leyendo sobre eso es como un hábito, no quiero irme ahora que estás aquí" dijo

"Si es sólo para informarte no tengo ningún problema incluso a mi me gustaría saber más" dije, puede oír su pequeña risa y suspiro, me dio un beso en la mejilla y se levantó del sillón.

"Ya acabé el libro que compré, tómalo, sé que te va gustar, deje pequeñas notas en los márgenes" dijo mientras se dirigía al baño.

Dios como amo este hombre, entre nuestro libros,sus chistes rancios, sus bromas pesadas, nuestro café y sabor a licor barato había encontrado algo que se llamaba felicidad y podía notar que él también incluso cuando los demás cuestionaban la relación yo sabía quién era el verdadero Dazai y amaba aquel perdedor.

Dazai Osamu// One Shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora