Prólogo

131 12 0
                                    

Todo comenzó el 17 de julio de 1993. En el apartamento número 202 de un viejo edificio ubicado a tres kilómetros del centro de la ciudad. Ese día los vecinos reportaron a la policía el hediondo olor proveniente del apartamento 202 y comentaron escuchar el llanto de un bebé constantemente como si sus desgraciados padres no lo alimentaran. Además, nadie abría la puerta del apartamento cuando tocaban y varios vecinos del piso temieron que él bebé fuese el único dentro.

En si, si era el único. El único con vida. Si lo vemos desde otro lado, el bebé no estaba solo; estaba acompañado de los cadáveres de sus padres.

Fueron asesinados. Caleb Wittbane y Evelyn Clawthorne, de treinta años cada uno. Fueron encontrados sin vida después de ser apuñalados. Wittbane recibió 36 cortes provocados por, en teoría, un cuchillo de cocina, mientras que Clawthorne tenía 25. Sus cuerpos se encontraban en la sala de estar y la sangre manchaba el suelo, el sillón y varios muebles, y entre toda esa sangre, el hijo de los Wittbane lloraba y trataba de despertar a sus difuntos padres.

Hunter Wittbane fue llevado al hospital por desnutrición y la investigación comenzó. Los encargados de resolver el crimen tenían una duda mucho más grande de quien lo cometió: ¿cómo el bebé seguía vivo?

Las puertas de todo el apartamento estaban abiertas a excepción de la principal. La ventana de la sala no funcionaba bien y no cerraba correctamente. Ese daño fue posiblemente ocasionado por el intruso. Lo que explicó la supervivencia del niño fue que probablemente el estaba en su habitación cuando todo sucedió, quizá uno de sus padres lo dejó ahí antes de ir a ver qué sucedía, y que, después de que el intruso se retirará, gateó hasta la sala, tal vez por hambre, y se encontró con la escena debastadora de sus padres asesinados. Era una teoría mucho más realista que la teoría de que había sobrevivido por arte de magia, como Harry Potter, o que el asesino decidió no atacarlo.

Y sobre el sospechoso... No encontraron ADN ninguno, así que debía de llevar guantes y protección; sabía lo que hacía. No robaron absolutamente nada, solo los asesinaron. Caleb Wittbane trabajaba en el banco y sus amigos dijieron repetidas veces que no tenía enemigos, que solía llevarse bien con todos. Lo verdaderamente útil fue cuando Charles Lew le comunicó a la policía como Caleb le había contado acerca de un problema con su hermano menor, una disputa familiar o algo por el estilo, pero no le había prestado atención ese día porque estaba bastante agotado y solo quería irse a su casa.

Los padres de Caleb habían fallecido cuando esté tenía unos diez años y pasó gran parte de su infancia y adolescencia en orfanatos junto a Philip, su hermano menor.

Trataron de comunicarse con él y rápidamente se enteraron que se había fugado de la ciudad, lo que lo convirtió en el sospechoso principal. Lo buscaron y lo buscaron, y lo siguieron buscando, hasta que se dieron cuenta que ya debía de estar a miles de kilómetros de distancia. Jamás lo encontraron.

No hubieron más sospechosos. Evelyn venía de una familia de clase media, la cual fue muy afectada por la muerte de la joven. Los Clawthorne eran una familia bastante pequeña pero unida y no tenían serios problemas más allá de alguna discusión suave por alguna boludez cada tanto, y ellos mismos dijieron que Evelyn jamás tuvo problemas con nadie, al menos suponían.

Pasaron los años y el caso quedó inconcluso. La policía de Gravesfield fue olvidando poco a poco el hecho al igual que el resto de la población.

Hunter Clawthorne volvió con su familia materna después de salir del hospital, y pasó a ser cuidado por Edalyn Clawthorne, una prima lejana de Evelyn, que por cierto eran muy buenas amigas en la adolescencia.

El hecho fue olvidado tal como Philip Wittbane y Gravesfield no tuvo problemas mayores por unos cuantos años. Era una ciudad pequeña, de no más de diez mil personas, los asesinatos eran una completa rareza y los secuestros sucedían cada bastante tiempo y se solía tener una buena resolución del caso, con las víctimas con vida, y los robos no eran tantos como en otras ciudades cercanas.

Por eso mismo la población se alertó tanto cuando, el 19 de septiembre de 2007, una joven fue encontrada sin vida y que, para asustar todavía más, el asesinato era bastante similar al ocurrido en 1993. Para empeorar, se confirmó que la víctima tenía un vínculo cercano con Hunter Clawthorne.

The Gravesfield's MurdersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora