Prologo

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Era dorada.

 El clan zenin,uno de los clanes más  prestigiosos de toda la hechicería. Quien diría que uno de sus miembros estaría perdidamente enamorado de una maldición, no de cualquiera sino del Rey de estas.

Dispuesta a sacrificar su propio clan en ofrenda de amor a su querido. Hablamos del amor enfermizo que le tenía Suki Zenin a Ryomen Sukuna.

—Ryomen, quiero irme contigo, estoy dispuesta a darlo todo— decía aquella azabache a los pies del rey de las maldiciones.

—¿Qué podría ofrecerme una simple hechicera como tú? —Ironizó sin siquiera verla para seguir su camino evadiendo a la Zenina.

Unas de las características más conocidas de la chica Zenin es su orgullo y dignidad  es algo que a  nada ni  a nadie le permite pisotear, esta claramente no sería la excepción.

Levantó su mirada viendo a la maldición alejarse poco a poco, se puso de pie en formación de ataque desenvainando su katana,reliquia maldita de los Zenin.

— Soy Suki Zenin, hechicera de grado especial, recibiendo el poder de la maldición grado especial de Rosario,según las reglas del jujutsu debo exorcizarte como a una maldición Ryomen Sukuna—  A esas alturas le importaba muy poco a quien tenía enfrente si era el mismísimo Ryomen Skuna o al amor de su vida nadie iba a ser la excepción para dejarse pisotear.

El incremento de energía maldita por parte de la Zenin fue creciendo a niveles graduales captando la atención de la maldición.

— Alguien como tu se atreve a desafiarme— preguntó con interés, tenía  algún conocimiento sobre la maldición Rosario pero supo diferenciar que esa solo era la energía maldita de la hechicera;dando a la conclusión de que no sabía dominarla— Alguien que presume lo que se le cedió aun asi sin saber dominarlo.

El enojo de la chica incrementó al notar el tono burlesco del Rey de las maldiciones. Se dirigió rápidamente por la espalda de la maldición ya que esta ni se había dignado de voltear la mirada.

La maldición al percibir el trote de la chica a su espalda sonrió de lado volteandose de una vez al estar a una distancia adecuada para descabezar la de una vez por todas. No pensaba seguir perdiendo su tiempo con ella. Al estar a pocos centímetros para agarrar el rostro de la chica,esta desapareció del campo de visión de Sukuna.

— Te haces llamar el Rey de las maldiciones y no conoces a una de las más fuertes— apareció por detrás de la maldición susurrándome al oído. Este la miro de reojo moviendo a un lado su rostro por la aproximación de la catana.

Solo logró hacerle una leve cortada en la mejilla,paro gradualmente para verle,se decepcionó al ver la herida en la mejilla ella apuntaba a uno de sus ojos.

—Así que Zenin ,dejarías a tu clan por mí —Mencionó burlesco mientras se pasaba el pulgar por la herida de su mejilla la cual sangraba por la energía de la catana. La hechicera estaba pendiente a cada uno de los movimientos de la maldición ya que sabía que si de él quisiese moriría de un chasquido de sus dedos. Toda esa concentración se fue al carajo cuando este luego de pasar el pulgar por la herida llevo este a su boca saboreando su misma sangre.

Esta quedó helada a tal acción,si no estuviera en juego su vida sus piernas estarian chorreando, la maldición sonrió con perversión para desaparecer de la vista de la chica. Esta reaccionó al verlo desaparecer, miró desconcertada a los lados hasta que una mano en su cuello la hizo detenerse.

—Responde,hace rato no dejabas de hablar — susurro al oído de la chica burlándose.

— Hace poco le declare mi profundo amor,para que me pregunte algo tan obvio— Respondió seria pues no se le había ido en sí el enojo de ser desechada hace poco por la maldición. Este ejercicio da más fuerza a su agarre quitando así el oxígeno a la hechicera. No se inmuto pues su cara seguía seria,no se iba a humillar para pedirle clemencia al el ¿O si?

Jujutsu Kaisen  X Tn Sukuna ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora