Interrupciones

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¡Hola! Vuelvo con esta historia, espero que disfruten con el siguiente capítulo.

En ese momento fué cuando el corazón de la princesa estalló en llamas, el pecador que tenía delante, el alma que tenía delante, la había conquistado con unas cuantas simples frases. En ese momento se dió cuenta de que estaba locamente enamorada de tal venado.

El deseo le pudo y se abalanzó al hombre que tenía delante, para darle un beso lleno de lujuria, lleno de confianza, lleno de... amor. Ni siquiera con Vaggie, ni siquiera con Seviathan pudo sentirse así. Ella cerró los ojos, esperando el rechazo del venado, quien en vez de alejarla y regañarla por el contacto físico, hizo más corta su distancia y más profundo tal beso, cerrando por completo sus labios y moviéndolos al compás. 

Al principio fué un roce, luego la cosa se fué prendiendo y la lengua de Charlie consiguió fugarse de su boca para entrar en la del wendigo. Tal fué la satisfacción que sintió la princesa que puso sus húmeros en los hombros de Alastor, haciendo que sus manos acariciaran agarrando el suave y rojizo pelo del venado. 

Alastor no pudo contenerse y puso sus manos en las caderas de la mujer. Explorando por primera vez el cuerpo de la chica, conociéndola físicamente. Todavía tenía mucho que explorar del cuerpo de la súcubo, pero se conformo con sus caderas. Todo empezaba por un comienzo. 

El aire fué el primero que interrumpió el momento, haciendo que los dos se vieran a los ojos, obsesionados por lo que estaban viendo. Como segunda interrupción fueron unos golpes en la puerta. 

-Charlie, ¿puedo entrar? -dijo un personaje arácnido por detrás de la puerta.

Alastor y Charlie se separaron, el wendigo solo se peino un poco y la chica afirmó su uniforme rojo para abrir la puerta y encontrarse con Ángel, quien estaba arrepentido de haberle dicho tales palabras a la princesa, las que le hirieron. 

-Oye Charlie, perdóname no tenía derecho a hablarte así estaba preocupado por tí de veras -dijo mirando hacia abajo. 

La princesa le dió un tierno abrazo mientras sonreía. 

-Tranquilo Ángel, me hubiera puesto de lal misma forma. Gracias por preocuparte por mi de todos modos -dijo ella separándose de él. 

El demonio de la radio sintió una rabia horrible, a la par que tristeza y... espera ¿el demonio de la radio estaba celoso por un simple abrazo? Ese abrazo no significaba nada, y aun así Alastor contenía sus ganas de separarlos a la fuerza para tener él solo a la princesa en este momento, un demonio bastante posesivo, la verdad. 

Alastor quería matar a Ángel por haberse entrometido, por haberse disculpado en ese mismo momento. ¿Qué le importaba esperar? ¿Hasta dónde habrían llegado él y la princesa si no hubieran aparecido distracciones de por medio? 

-Gracias, adiós Charlie -dijo el ser arácnido para irse. 

La princesa estaba nerviosa, que haría ahora con el demonio radiofónico, quien la miraba con todo detalle. ¿Hasta dónde habrían llegado ella y Alastor?

Charlie solo se acercó a Alastor, y puso sus antebrazos en su pecho, juntando sus cuerpos de nuevo. 

Charlie miraba hacia abajo mientras el demonio de la radio esperaba a que ella lo mirara a los ojos. Charlie solo se puso algo de puntillas y susurró en el oído del venado.

-Alastor- dijo algo seductoramente- Solo a tí te debo las gracias. Te debo mucho. Querría compensarte... ¿Cómo podría... ?- dijo ella susurrándo tales palabras en el oído de Alastor. 

Alastor solo movió hacia un lado la cabeza para poder susurrarle al oído él también.

-Yo solo te pido una cosa, Charlie -dijo con una seductora voz radiofónica. - A tí.

Las mejillas de la chica, aumentaron su rubor y su mente colapsó, ella creía que el demonio de la radio estaba jugando con ella y solo lo hacía por diversión, como él dijo. Pero no, eso significaba que si la amaba, y que él la quería a ella para él solo. 

-Mejor pide otra cosa, Alastor -dijo seductoramente de nuevo- Ya que... eso ya lo tienes. 

La súcubo colocó sus manos en el cuello del venado, dándole un tierno y cariñoso beso. Al final, llegaron a otro tipo de grado, en donde la situación ya no era delicada, sino que era una situación de necesidad, ambición y lujuria. 

Otros malditos golpes en la puerta hicieron que los dos dejaran lo que estaban haciendo para recivir a la cíclope y al gato en la puerta, queriéndose disculpar por ser unos groseros con ella. 

-Señorita Charlie lo sentimos mucho -dijo la cíclope.

Charlie estaba de mal humor por que la escena con su querido demonio de la radio había sido interrumpida de nuevo. ¡Y por la misma causa!.

Sin que ellos notaran el tic nervioso en su ojo les abrazó y recitó las mismas palabras que le había dicho a Ángel, pero adaptadas a la situación. 

Cuando las dos almas intrusas se fueron nuevamente, la princesa dió un sonido de frustración, puso el seguro en la puerta y se avalanzó nuevamente hacia el venado nuevamente, más rápido que la luz. 

(...)

-Oye ustedes no notaron algo raro en el fresa proxeneta con la rubiecita? -dijo Ángel tomándo en la barra del bar junto a sus amigos. 

-La verdad es que sí, el señor Alastor y la señorita Charlie están muy unidos ¿no les parece?- dijo la cíclope viendo a la cara a sus amigos. 

-A mi me preocupa, francamente -dijo el gato- Alastor no ha tenido nunca sentimientos por un alma, y creo que nunca tuvo novia ni ninguna persona amada en su vida terrenal. 

-Hay una primera vez para todo, pero creo que ese soy yo -dijo bromeando Ángel. 

-Ojalá Alastor te meta el bastón por e- fué cortado por una cíclope quien le tapó la boca.

-Como te escuche te va a subir años -dijo ella algo enfadada. 

Ángel rió a carcajada limpia. 

-Hasta Niffty sabe que cosas se dicen y que cosas no. 


En vida y en muerte (CHARLASTOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora