El frío se coló por mi espalda ya que ésta no estaba cubierta por la pequeña sábana que cubría el cuerpo de Liam y el mío. Fue un aniversario increíble que terminó con una noche muy excitante y apasionada.
Sentí la respiración de Liam recorrerme la espalda y supe que estaba despierto desde hace un rato así que sonreí contra la almohada y dejé que siguiera con lo que estaba haciendo.
—Sé que estás despierto, amor —dijo Liam antes de darme un beso en mi espalda, lo cual me mandó una descarga eléctrica por todo el cuerpo—. Vamos amor. Quiero bañarme contigo.
Me di la vuelta y le sonreí para después darle un beso en los labios y finalmente esconder mi rostro en su pecho.
—No quiero levantarme, cariño. Es... muy temprano —susurré contra su pecho mientras con mi nariz acariciaba su pectoral.
—No hagas eso —rió—. Me hace cosquillas.
—Sabes que me encanta hacer eso, ¿no? —levanté mi cara y le di un pequeño beso antes de levantarme de la cama y caminar hacia la puerta del baño—. ¿No vas a venir?
—Ahora soy yo quien no se quiere levantar —sonrió desde la cama mientras colocaba sus manos detrás de la cabeza.
—¿En serio? Uy, que pena. Esperaba que quisieras algo como... no sé —lo miré lujuriosamente—. Esto.
Palmé levemente mi nalga izquierda y vi como Liam se mordía el labio descaradamente.
—¿Me acompañas?
—Por supuesto que sí —sonrió y rápidamente vino hacia mí para tomarme de las caderas y juntarme a su cuerpo fuerte.
Sonreí y lo abracé por el cuello para besarlo apasionadamente y adentrarnos en el baño. Como no teníamos ropa nos metimos de una vez a la ducha y abrí la regadera para que el agua nos empapara a ambos.
—Te amo, Niall —me soltó Liam haciéndome ruborizar mientras rozaba nuestras narices bajo el agua artificial—. Me robaste el corazón desde la primera vez que te vi y luché para poder estar junto a ti como ahora en este momento.
—No tienes idea de cuanto te amo yo, Liam. Al principio me caías mal porque me mirabas mucho en vez de ver a tu novia en aquel momento pero no, me tenías el ojo puesto que hasta me daba miedo de que fueras un violador —reí ante mi tonto comentario.
—Jamás te haría daño, amor. Jamás —me besó.
Cuando nos separamos tomé el jabón y comencé a pasarlo por su pecho y sus abdominales hasta que quedara completamente limpio, tallé su espalda llena de lunares hasta sus nalgas las cuales apreté levemente haciendolo brincar de la impresión.
—Me encantan —reí antes de darle el jabón a él y hacer que me lavara a mí.
Después de eso tomó el champú y comenzó a esparcirlo por mi pelo, acariciandome levemente el cuero cabelludo. Después de lavarme el pelo lo hice con él hasta que nos juntamos bajo el agua y nos comenzamos a besar. Sus labios encagaban con los míos a la perfección, los movíamos al compás el uno con el otro mientras nuestras lenguas hacían una guerra que ninguno quería perder.
Liam me tomó de las nalgas y me alzó hasta que enredara mis piernas alrededor de su cintura, sentía su miembro duro contra mi trasero y eso me encantaba. Mi miembro rozaba contra sus abdominales y eso producía en mí un leve gemido que le gustaba a Liam.
En esa misma posición pasó a besarme y chuparme el cuello de forma dulce pero a la vez salvaje. A la hora de hacer el amor Liam era completamente delicado pero cuando él quería o cuando yo quería podía ser el hombre más salvaje del mundo y eso me gustaba.
