Capítulo 4

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Cierro el coche con la llave ya que es tan viejo que no cuenta con un cierre a distancia, suspiro mientras lo observo detenidamente, yo que siempre he tenido autos de lujos y deportivos estoy conduciendo este trasto que tenemos que llevar a arreglar cada poco tiempo. Niego con la cabeza, realmente ahora mismo da igual todo lo que tenía antes, Gustabo y yo tenemos una nueva vida y aunque sea tan diferente sobreviviremos como siempre hemos hecho.

Camino con la bolsa de plástico en la mano y subo las escaleras para entrar en la comisaría, empujo la puerta de cristal y el silencio me recibe como la vez anterior, está claro que la gente intenta no venir aquí a no ser que sea estrictamente necesario. Annika está sentada en la misma silla donde se sentó el día anterior, frente a ella hay un libro de colorear y sus colores perfectamente ordenados, además de un peine. Lleva otro vestido aunque está vez es blanco con girasoles repartidos por toda la tela, es largo y le llega hasta casi sus blancos zapatos a juego. Sus ojos azules están centrados en la persona frente a ella y su rostro se mantiene completamente serio, su largo y liso cabello rubio cae sobre sus hombros y casi llega a su cintura.

—Venga, que más te da —dice la persona que está hablando con ella, lleva un uniforme de policía y su cabello está teñido de rosa.

—No puedo hacer eso —responde Annika negando levemente con la cabeza—. Si tío Viktor te ha rechazado no puedo hacer nada.

—No seas así, eres su querida sobrina, seguro te escucha si le hablas bien de mi.

La niña hace una mueca, no parece nada cómoda hablando con esa agente así que decido llamar su atención para que sepan que estoy aquí.

—Hola, buenas —digo alegremente alargando las últimas vocales de cada palabra, un par de ojos azules se centran de inmediato en mi, salta de la silla y casi que corre hasta mi.

—¡Viniste! —dice emocionada, me agarra la mano y tira de mí para que me siente donde estaba ella.

—¡Por supuesto! Te dije que lo haría —respondo y asiente.

—Lo sé, pero podrías no venir de todos modos, tío Viktor dijo que no me desanimara si no lo hacías ya que podrías tener trabajo.

La chica que estaba hablando con ella no dice nada, sólo se va por la puerta hacia el interior de la comisaría y nos deja a ambos solos.

—Nunca faltaría a mi palabra, sobre todo si es con alguien como tú, además, he traído algo. —Muevo la bolsa de plástico que sigue en mi mano y parece que la nota por primera vez, su rostro se llena de curiosidad.

Le doy la bolsa y la abre rápidamente, de su interior saca dos paquetes de galleta con chispas de chocolate y algunos caramelos, los pone con cuidado sobre la silla que está al otro lado de su cuerpo y cuenta cuántos caramelos hay, asiente y se vuelve hacia mí.

—¡Yo también he traído algo! —Se levanta y va hacia la silla donde están los colores, agarra el cepillo que tiene un arcoíris dibujado en él y me lo entrega, luego mete la mano en el bolsillo y saca muchos pequeños coleteros.

—¿Quieres que te haga un peinado hoy también? —Asiente repetidas veces y me da la espalda para que pueda comenzar a peinarla.

Mientras lo hago hablamos de todo un poco, me pregunta por mi trabajo y ella me habla de su escuela y sobre todo de sus tíos y su abuelo.

—¿Siempre están ocupados? —pregunto trenzado su cabello.

—Sí, tío Viktor y tío Greco son comisarios y el abuelo es el superintendente.

—Espera, ¿llamas abuelo al superintendente Conway? Ese que lleva traje, gafas de sol y es súper serio —digo, por supuesto me refiero al hombre que conocí la otra noche, jamás esperaba que ella hablara de él.

Puppets ~Volkacio~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora