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Capítulo 1: Espejismos del Pasado

POV Dazai

El sonido de la lluvia golpeando las ventanas de la Agencia retumba en mis oídos mientras observo la ciudad de Yokohama desde la oficina las gotas caen con una cadencia hipnótica, un recordatorio constante de los días que han pasado, de las decisiones que nos han llevado a este punto Yokohama, con su caos y su calma, es un reflejo de mi propia mente: enredada en recuerdos y arrepentimientos.

En mi mano derecha, sostengo una carta, amarillenta y desgastada por el tiempo es una carta que nunca envié, una carta destinada a Chuuya, escrita en una noche de insomnio y desesperación mis dedos juegan con el borde del papel, dudando si romperlo en mil pedazos o guardarlo una vez más.

"Osamu, estás aquí de nuevo, perdido en tus pensamientos", murmura Kunikida, entrando en la oficina con una pila de documentos su voz me saca de mi trance y su mirada es un juicio silencioso.

— solo estoy... recordando —respondo, tratando de sonar despreocupado.

Kunikida me observa por un momento, sus ojos estudiándome finalmente, asiente y deja los papeles sobre mi escritorio.

—Tenemos un nuevo caso algo relacionado con la Port Mafia parece que han estado moviéndose más de lo habitual últimamente.

La mención de la Port Mafia hace que mi corazón dé un vuelco no puedo evitar pensar en Chuuya, en cómo está, en qué piensa. ¿Siente él lo mismo? ¿Sigue odiándome tanto como antes?

— lo revisaré en un momento —digo, tomando los documentos y fingiendo interés mientras mi mente sigue atrapada en el pasado.

Kunikida sale de la oficina, dejándome solo con mis pensamientos la lluvia continúa su incesante golpeteo y, por un momento, todo lo que puedo escuchar son los latidos de mi propio corazón, un ritmo descompasado que me recuerda lo roto que estoy.

De repente, mi teléfono vibra un mensaje nuevo lo saco del bolsillo y, al leer el nombre del remitente, mi corazón se detiene por un segundo. Es Atsushi.

[Dazai-san, necesitamos su ayuda en el puerto. Algo grande está pasando y hay miembros de la Port Mafia involucrados Chuuya-san está aquí]

Mi garganta se cierra, Chuuya hace tanto que no lo veo y, sin embargo, el solo pensamiento de estar cerca de él hace que todos mis sentidos se agudicen.

Me levanto de la silla, guardo la carta en mi bolsillo y me dirijo hacia la puerta el camino hacia el puerto parece más largo de lo habitual, cada paso una lucha contra la ansiedad que crece dentro de mí.

Al llegar, veo el caos. Miembros de la Agencia y de la Port Mafia están enfrentándose, pero mi mirada solo busca una cosa: a Chuuya y allí está, en medio de la batalla, su figura destacándose como un faro en la oscuridad.

Nuestros ojos se encuentran y, por un breve instante, el tiempo se detiene sus ojos, que antes reflejaban una mezcla de emociones que no podía descifrar, ahora están llenos de una furia ardiente siento un nudo en la garganta, recordando las palabras que nunca le dije, las disculpas que nunca llegaron.

Chuuya avanza hacia mí con determinación, y sé que esto no terminará bien aun así, no puedo evitar sentir una extraña sensación de alivio al verlo, aunque esté lleno de odio hacia mí.

—¡Dazai! —grita, su voz cortando el aire como un cuchillo cada palabra cargada de veneno—. ¡¿Qué demonios haces aquí?!

Intento sonreír, aunque sé que no es el momento adecuado. —Chuuya, siempre tan impetuoso solo vine a asegurarme de que no te metas en demasiados problemas.

Su respuesta es un puñetazo directo a mi mandíbula no intento esquivarlo, aceptando el dolor como un castigo merecido me tambaleo, pero me mantengo en pie, mirándolo con una mezcla de tristeza y resignación.

— esto no es lo que quiero, Chuuya —digo, mi voz apenas un susurro— pero parece que no podemos evitarlo.

Él me mira, respirando pesadamente, y por un momento veo algo más allá del odio en sus ojos quizás es duda, quizás es algo más pero antes de que pueda decir algo, el caos a nuestro alrededor nos envuelve de nuevo, separándonos una vez más.

Mientras la batalla continúa, solo puedo pensar en una cosa: algún día, de alguna manera, encontraré una forma de hacer las paces aunque ahora, más que nunca, parece una esperanza vana pero si hay algo de lo que estoy seguro es que, pase lo que pase, Chuuya siempre será parte de mí.

Indigno de su amor, sí, pero nunca dejaré de intentar ser mejor, aunque solo sea en mis sueños donde él y yo podemos estar juntos.

𝕴𝖓𝖉𝖎𝖌𝖓𝖔 𝖉𝖊 𝖙𝖚 𝖆𝖒𝖔𝖗 {𝖘𝖔𝖚𝖐𝖔𝖐𝖚}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora