En el principio, el universo fue un vacío oscuro, desconocido, y en consecuencia, con infinitas posibilidades.
Entonces, se hizo la luz y la existencia comenzó.
Lucifer todavía recordaba esos tiempos, cuando fue parte de ello. La emoción que sentía cuando llevaba luz a los rincones de aquel lienzo, y el orgullo que hinchaba su pecho al ser halagado cuando sus creaciones eran las más brillantes en la oscuridad. Ese talento le haría honor a su nombre angelical.
Con el tiempo su creatividad creció hasta ser tan inmensa como el universo. Y fue entonces cuando se le impusieron límites, y varias advertencias en favor de respetar el orden de la creación como sus superiores decidieron concebir.
Lucifer no estuvo de acuerdo. ¿Por qué poner un límite al conocimiento infinito?
Desafortunadamente, la respuesta fue más allá de su propia comprensión.
Desobedecer al cielo en favor de lo que creyó correcto lo hizo caer en desgracia, llevándose al abismo sus sueños, su esperanza, y todo lo que pudiera darle algo de felicidad o amor.
¡Eres el ser más odiado de toda la creación!
Las palabras resonaban en su cabeza, como una maldición. Mientras observaba a la creación más querida del cielo inerte en el suelo, en un charco de su propia sangre dorada.
Nunca quiso ese resultado, se suponía que había un acuerdo entre el cielo y el infierno que los favorecía. Pero el cielo nunca estaba satisfecho con el balance de almas del infierno, y Lucifer solo tenía el consuelo de asegurar el bienestar de su familia, y los otros nacidos en el infierno. Era tan útil, como intentar sacar el agua de un barco que se hundía.
Cuando se inmiscuyo en la pelea para defender a su hija, lo hizo siendo consciente de los riesgos. Por esa razón, al enfrentarse a Adam, su objetivo fue atacar su ego, pero ni siquiera él se imagino que sus palabras burlonas solo contribuirían en enfadar al primer hombre, hasta avivar ese sentimiento tan intenso en sus ojos dorados.
Ese había sido el resultado de miles de años del odio de Adam, en contra del amor inmenso que Lucifer sentía por su hija.
- ¿Por qué eres tan terco y estúpido? - Preguntó al aire. Pero sabía perfectamente que no obtendría respuesta, y no cambiaria lo que ya estaba hecho.
Lucifer se retiro el saco de su traje, negándose a continuar observado el resultado de sus acciones en contra de quien alguna vez fue el primero por quien sintió algo. Ese era su destino con Adam, vivir la eternidad con su corazón comprimido.
Se inclino, llevando la tela desde el pecho y hasta el rostro de Adam, pero cuando sus manos llegaron a centímetros de su cara sintió el suave aleteo de una mariposa.
- ¿Es posible...?
Lucifer dejo su saco, y en su lugar acerco su mano al rostro de Adam, la palma casi sobre su nariz. Espero un poco, hasta que sintió la sensación cálida de su respiración. Adam seguía vivo.
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Laplace's Angel.[Adamsapple]
FanfictionNunca estuvieron destinados a estar juntos. Y sin embargo, basto un solo encuentro en el jardín del Edén para que se anhelaran mutuamente. Fueron felices. Hasta que la decisión de uno, perjudico al otro, y el Edén se marchito. Miles de años pasaron...