Única parte

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¿Qué había empezado el problema entre ambos?

Un florero. Sí, un maldito y tonto florero.

Louis no entendía bien el por qué Harry se enojó tanto por eso.

Bien sí, sabía muy bien que su esposo amaba las flores si no lo hiciera no se pasaría horas detrás de un mostrador vendiendo flores con esa encantadora sonrisa todo el día.

Pero dios santo, era un florero. No se iba a acabar el mundo porque se rompiera un florero.

Sí, Louis lo había golpeado accidentalmente cuando estaba jugando con el balón. Era su día libre y ya había descansado tomando una buena siesta que duró horas, había comida bien y quería ejercitarse y sacar esa energía un rato, y le pareció buena idea jugar un poco mientras su esposo volvía de la floristería.

Y bueno, pensó que no sería un problema dejar la puerta deslizante abierta, por que no creyó que justo al golpear el balón este apuntaría directo al florero favorito de Harry.

Fue un idiota e intentó repararlo y le dijo a Harry que le compraría otro más bonito lo cual de una u otra manera terminó por enfurecerlo aún más y no comprendió por qué.

Así que ahora, Harry lo había echado de su casa por al menos las horas que restaban hasta que fuese muy de noche o quizás hasta el día siguiente, cuando se le pasase el enojo.

Y Louis aún seguía sin entender por qué Harry se enojó tanto, pero le dolía, nunca lo había visto más herido. Ni siquiera cuando estuvieron a punto de separarse cuando una chica quiso conquistar a Louis y hubieron un par de confusiones ahí que incitaron a Harry a creer que Louis podía haberlo engañado (cosa que nunca fue así, pero Louis lo comprendió por las circunstancias él también lo hubiese creído si fuese Harry), pero eso es otra historia.

La mirada que le dió cuando apuntó a la puerta gritando que por favor se fuera de la casa, le rompió el corazón, ver sus ojos verdes brillar en tristeza y le dolió aún más saber que el causante de esa tristeza en aquellos bellos ojos que siempre destilaban felicidad y amor...era él.

Creyó que lo había perdido todo por un misero instante.

Así que llamó a Liam, su mejor amigo desde que tenía 16.

Necesitaba beber, tal vez así pensaría por qué Harry se había enojado tanto con él y sabría que hacer.

–No creo que sea buena idea, Tommo.

–Lo necesito, no viste como me miró. Mi bello rizado –sollozó y Liam suspiró y pidió una cerveza. Louis bebió una...y luego otra, y otra, y otra más.

Cuando ya fue la quinta, Liam intentó que no bebiera más.

–Vamos, amigo. No pudo ser tan malo.

– ¡Lo fue! ¿Y si me pide el divorcio? ¿Y si me dice que ya no me quiere ver más? ¿Y si dice que ya no me ama? ¡Oh no, mi Hazz ya no me ama! –sollozó hundiendo su cabeza entre sus brazos apoyados en la barra.

– Estoy seguro de que te sigue amando, vamos Tommo. Se aman desde que tenían 7 años bueno, desde que tú tenías 7 años. No dejaría de amarte así como así.

– Creo que esta vez sí metí la pata, Payno.

– ¿Pero qué fue exactamente lo que pasó? – Louis se quedó en silencio mirándolo antes de volver a llorar por recordar lo que pasó.

– ¡Me gritó mucho y estaba llorando! ¡Mi lindo esposo!

– Oh dios mío, contigo borracho no puedo entablar una conversación –suspiró y Louis volvió a beber dos cervezas más. –No creo que puedas beber más o te desmayarás, Louis. Y es posible que Harry se enoje más contigo...y conmigo por no poder frenarte – murmuró lo último para sí mismo.

Drunk for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora