Matrimonio Concertado (kokonoi Hajime x Inui Seishu)

Flor de loto

 "Llevan veneno en el ADN" 

El sol de media tarde alumbra sobre la casa del lago. Es muy bonita. Está hecha con madera y materiales duros, una arquitectura tradicional rodeada por un lindo bosque con un hermoso lago. Cuenta con un terreno de 25 hectáreas, próximamente 50 si logran comprar la hacienda de al lado que conecta con un manantial nutrido por el río, que también alimenta el lago, unas 15 hectáreas más arriba. Hay conejos, gatos y perros. Akane casi gritó cuando vio cerca a algunos caballos.

Seishu mira la casa de campo con una leve sonrisa, le encanta el lugar, es hermoso y se parece a la casa de protección donde creció. El clima es bueno también. Sonríe cuando ve un Golden retriever acercarse y olerlos — oh, hola — susurra y se arrodilla para acariciarlo.

Un chiflido se escucha en su espalda y el perro bate la cola. Todos voltean y ven a kokonoi montando su caballo, es obvio que es muy fino. Hajime se ve increíblemente bien, cabello recogido, camisa simple de botones y una cadena sencilla. Lo que hizo que las piernas de Seishu temblarán es que estaba sudando y aun así olía increíblemente bien — buenos días — dice bajando del caballo.

— buenos días — responden al unísono, su padre y madre con un poco de defensiva en su voz, Akane fue más amable y Seishu no respondió.

— Es un gusto que estén aquí, pueden entrar, mi empleado recoge sus maletas y le asignará sus habitaciones — dice señalando la puerta.

Todos asienten y Seishu es el primero en voltear para dirigirse a la puerta. Kokonoi chifla de nuevo y de inmediato el caballo corre — ¿Y este es el zorro o que carajos? — le susurra Seishu a Akane quien ríe y se detiene a mitad del camino soltando su maleta de mano.

— ¡Un conejo! — grita e inmediatamente corre para tomarlo, pero se le escapa.

— Akane — dice Seishu en un intento de regaño.

— Mira eso, entonces si puedes hablar — dice Kokonoi casi en su oído.

Seishu salta y se aleja — ¿Cómo porqué no podría hablar? —.

— No saludaste —.

— No saludo a idiotas —.

Akane se mueve incómodamente. No sabe que hacer, esa no es precisamente la interacción que esperaba de su hermano, quien la noche anterior le dijo que le gustaba su prometido, y menos del hombre que corrió tras de Seishu todo el mes para pedir perdón — Akane, si quieres un conejo ve atrás y pide uno, te lo darán — dice Kokonoi y los ojos de la chica prácticamente brillan.

— Akane, no... — Seishu intenta.

— Lo siento — dice Akane corriendo dentro, después de todo es su animal favorito.

Seishu suspira y mira a kokonoi — ¿Qué quieres? —.

Un suspiro cruza por los labios del peliblanco — oye, cálmate ¿Sí? —.

— No —.

— No quiero discutir contigo... Si sigues enojado y mis regalos no bastaron dime que quieres, te lo daré —.

Seishu mira fijamente varios segundos la camisa pegada levemente al cuerpo de Hajime — lo pensaré — dice y gira para entrar a la casa. Ese sudor le está causando problemas.

Kokonoi lo toma del brazo — eres muy grosero —.

— Habló el líder de una mafia —.

— ¿Así tratas al líder de una mafia? —.