1. El comienzo.

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Nota: Cuando la letra este en cursiva, significa que están hablando en ruso.

Pds: Recomiendo escuchar la canción, luego de que dice dos días después.

Narrador omnisciente:

Moscú, Russia. 1:32 a.m.

Es lo alto de un gran e intimidante edificio. Se encontraba un hombre mirando por el gran ventanal toda la ciudad bajo sus pies, pero para esa persona, de alguna y retorcida manera consideraba que era el mundo lo que estaba bajo sus pies, y las personas que habitaban en él, eran simples hormigas que podía pisar con facilidad y no se percataria de ello.

Patrick Romanoff Vaughn, un hombre con un carácter frio y calculador. Intimidante a la vista.

1,90 de altura, musculoso, con una complexión robusta. Cabello rubio y desordenado, y una barba bien cuidada. Ojos penetrantes y fríos como el clima que caracterizaba su patria. Vestía con su típico traje caro y elegante, que contrastaba con su actitud.

Le estaba dando un último trago a su vaso de whisky cuando inesperadamente alguien irrumpió abruptamente en su oficina provocando que sacará su arma en un rápido movimiento y disparará sin dudarlo.

Era su asistente que había entrado desesperado y sin tocar, (algo que al intimidante hombre, le enfurecía de sobremanera), por lo cual ahora se encontraba en el piso retorciéndoce de dolor, por la bala que atravesó su pierna. -Más vale que lo que tengas que decir valga tanto como tú vida, porque será lo que te costará por haber entrado de esa forma. -el pobre hombre se encontraba temblando de pies a cabeza, pero Patrick desconocía si era por su amenaza reciente, por la razón que había entrado a su oficina a esa hora y de esa forma, o por el hecho de que una bala le atravesó la pierna. -No seas tan llorón, Marcus. Agradece que siento curiosidad por tu atropello y no apunte a tu cabeza.

-S-señor, l-le aseguro que es un asunto muy serio. -afirmó el asustado Marcus a quien le temblaba la voz, tanto como su esqueleto.

Debe ser grave.

-Habla. -ordenó Romanoff, sin dejar de apuntar al contrario con su arma. Si el asunto no era realmente urgente, no dudaría en terminar con lo que inició.

(•••)

-Déjame ver si entendí bien, Marcus... -habló con una falsa calma mientras le daba un pequeño trago a su whisky escosés recién servido. Después de que Marcus le informará, se había sentado en la silla de su escritorio para procesar la noticia. -Me estás diciendo que una información valiosa, que vale miles de millones, la cual estaba resguardada bajo una máxima seguridad y cientos de códigos hechos por profesionales calificados... ¡¿Fue robada?! -gritó lanzando el vaso contra la pared haciendo saltar cientos de vidrios y su contenido. -¡Maldita sea! ¡¿Cómo carajos pasó esto?! -gritó dándole un fuerte golpe a su escritorio. -Encuentren al idiota suicida que hizo esto. Lo quiero aquí para mañana, y lo quiero con vida, necesito saber si vendió la información y cómo mierdas hizo para hackear nuestro sistema.

-S-señor nos está costando mucho encontrar su ubicación, para ser que utiliza algún tipo de truco que nos impide rastrearlo, cada tantos minutos su dirección IP cambia. P-pero le aseguro que nuestros mejores especialistas están trabajando en eso. -explicó el incompetente asistente, en palabras de Patrick, temblando de pies a cabeza y un poco mareado por la perdida de sangre.

-¿Crees que me importa? ¡Encuentrenlo, ahora! -gritó haciendo que Marcus saliera cojeando despavorido de su oficina como si se tratara de una gallina sin cabeza.

Nuestra princesa no escapará. (ABDL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora