One Shots OT Girls

FamiliOT Pt. 2 (Violeta Hódar)

N.A: Hola! Esté es un OS resubido del segundo libro que está en mi perfil, voy a ir subiendo todos los que pertenezcan a este universo aquí, así se más fácil encontrarlos y ya las nuevas actualizaciones quedaran en este libro. Los leo en comentarios, saludos!

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6 años habían pasado desde que termino la edición de OT23', muchos de ellos se habían ganado un lugar en la música, algunos de manera independientes, otros con una disquera, y a pesar, de lo que muchos opinaron al principio los 15 seguían reuniéndose de vez en cuando en Madrid para cenar. La mayoría se quedó instalado allí después de salir del programa pues la mayor parte del trabajo se agrupa ahí, salvo por Ruslana y Kiki quienes después de la gira decidieron irse a Barcelona para estudiar composición musical, la pelinegra había conseguido egresarse con honores de la ESMUC, para luego instalarse definitivamente en Madrid con su novia.

Por su parte, Violeta acababa de despertarse después de un merecido descanso después de su último concierto la noche anterior, seguía sorprendiéndose por la cantidad de amor que recibía de sus fans, el apoyo en redes que por suerte había mejorado pues al principio era un desastre en potencia. Pero lo que más amaba a parte de la música, era la persona que descansaba atrapada entre sus brazos completamente desnuda y con una cara angelical que nadie imaginaría la cantidad de orgasmos que le dio al regresar del estadio.

No pudo evitar mirar a su novia recordando lo caótico que había sido todo al terminar el programa seis años atrás, cuando decidieron junto a las Ruski hacer un roadtrip hasta Motril para convivir unos días antes de que Rus volviera a Madrid y Kiki a Menorca para ver a sus hermanos y padre...había sido un completo caos esos primeros meses, ese primer año, ahora parecía cómo otra vida con tantas cosas que ocurrieron después, no pudo evitar perderse en ese recuerdo.

Las risas, el cantar canciones a los gritos e incluso el momento a solas que tuvieron Vio con Alma cuando las Ruski se quedaron completamente dormidas en el asiento trasero, agradecían haber grabado las entrevistas iniciales de los finalistas, y que les permitieran tener, aunque sea una semana libre para afrontar todo el caos que caería después.

Al llegar a Motril decidieron hacer un grupo para hablar las cuatro, cuando se despidieron dos días después de risas y que los Hódar no pudieran permanecer serios por más de 5 segundos por las ocurrencias de las más jóvenes, compartían memes, videos de la relación que tenían que hacían los fans con música. Pero su cosa favorita sin dudas era despertarse cada mañana siendo abrazada por su novia, una pequeña rutina desde la academia que atesoraban ahora que estaban en la casa de su infancia...aunque al mismo tiempo era diferente, habían construido en poco tiempo una burbuja donde estaban en completo silencio, hablando por medio de caricias, miradas, antes de que la pelinegra se colocara sus audífonos.

Los Hódar estaban completamente enamorados de Alma, pues desde el primer momento en que pudieron hablar más en profundidad o viéndola interactuar con Violeta notaron todo el amor que sentía, el querer cuidarla, el siempre preguntarle si le incomodaba algo o su opinión...no quería hacer nada que pudiera lastimarla, incluso sin darse cuenta. Lo que sorprendió más a Juan Carlos fue que su pequeña en ocasiones le respondía a su novia signando y no tenía ni idea de cuando había aprendido, pero no desaprovecho la oportunidad de hablar con ella y saber que sentía de todo eso, después de todo lo último que su padre sabía era que se sentía culpable por estar teniendo sentimientos por alguien más estando en pareja, y cómo terminó con Julia después.

El último día en Motril antes de embarcarse en un largo viaje en carretera de regreso a Barcelona decidieron ir a la playa para disfrutar de las vistas, sentándose en una pequeña manta que llevaron, con Violeta entre las piernas de su chica con la espalda apoyada en su pecho, sus manos entrelazadas, simplemente disfrutando de estar ahí, sin preocuparse por las cámaras, por tener que subir cosas a redes sociales a pesar de reírse con las teorías de sus fans que intentaban todo el tiempo averiguar dónde o cómo estaban, al punto de que tanto Rus como Kiki tuvieron que llamarlas pues hacía días que no respondían ni un mensaje.