¿Cuál es el sentido de la vida?
La vida es un vacío que sólo se puede llenar parcialmente. Es un ciclo de lograr y luego perder, nunca nada es tuyo de verdad y todos tus méritos son insignificantes comparados con la inmensidad de la humanidad.
Por si te lo preguntas, mi nombre es Star, soy un chico normal exceptuando que tengo depresión. Nada me interesa realmente y no tengo amigos, se me dificulta socializar (dicho de otra manera, no me gusta) y no tengo con quien hablar.
Pero, hay algo que me alivia el dolor y que llena parcialmente mi vacío infinito: el arte. Disfruto pintar y dibujar, me hace sentir en paz, así sea por unas breves horas.
Precisamente, a eso quería llegar. Me encontraba pintando un pacífico paisaje, un paisaje que me trae calma y alivio: un campo de lavanda a la luz del atardecer. Le daba los toques finales a la última flor de lavanda y sucedió algo inesperado (o eso creo): las flores, junto con sus tallos, empezaron a salir del lienzo, los tallos me acogieron como enredaderas tapándome la vista y dejándome en una oscuridad profunda.
Al abrir los ojos, mi habitación había desaparecido, me encontraba en un campo de lavanda a la luz del atardecer. Me quedé sentado por unas cuantas horas (hasta que salió la luna e iluminó los campos junto con la luz estelar), era lo mejor que me había pasado en mi vida; por fin, un momento de paz y tranquilidad.
Me levanté y avisté un bosque a la lejanía, era un bosque oscuro (excepto por la luz de las luciérnagas que allí merodeaban) se veía como un lugar calmado, por lo que decidí ir a explorar.
Al principio sólo vi árboles (como es de esperar) pero también logré ver una cantidad mágica de hongos, parecía un bosque de fantasía como los que muchas veces imaginé para escapar de la cruel realidad, pero ya no era necesario, me encontraba en un mundo de fantasía, en un bosque que me deparaba múltiples aventuras (o eso esperaba mi triste corazón).
Después de caminar un largo trayecto, vi una luz a unos 200 metros de distancia, una luz acogedora que resaltaba en el silencio y la oscuridad del bosque. Me dirigí hacia ésta, sentía una gran curiosidad por ver qué era aquella luz cálida pero misteriosa. Al acercarme aún más logré avistar una acogedora cabaña la cual, con sus fantásticos faroles, emitía aquella luz que te incitaba a acercarte aún más.
Toqué la puerta, acto seguido, escuché una voz femenina provenir del interior.
- ¡Tsuki, ve a ver quién es!
Después una voz de un chico (una voz aguda y no muy masculina) contestó.
- ¡Voy en camino! – el llamado Tsuki se dirigió a la puerta y la abrió con precaución - ¿Quién eres?
- Me llamo Star, iba pasando por el bosque y vi tu cabaña a lo lejos – era lo único que se me ocurría para responder a su pregunta -. ¿Te llamas Tsuki, cierto? – añadí.
- Así es, mi nombre es Tsuki – su voz sonaba alegre y calmada, algo en él me producía tranquilidad – Pasa, ¿Quieres algo de tomar, un café, quizá una aromática?
Algunos se preguntarán: ¿Por qué demonios un extraño que acabas de conocer te invita a pasar a su casa? Te podría decir que es porque son personas raras, pero no es así, es porque es un mundo peculiar, un mundo diferente en el que no hay inseguridad humana. De hecho, me di cuenta de esto a través de todo mi viaje por este mundo.
- Muchas gracias, quizá una aromática me vendría bien, no quiero ser mucha molestia – nadie me había tratado así antes, me sentí acogido –. Eres muy amable y tienes una casa muy acogedora – agradecí y seguí hacia su sala de estar.
Era una casa de un gran tamaño, tenía dos pisos de altura y una estética que recordaba al modernismo (muy fantástico, la verdad). En la cocina logre ver a una chica, era de una estatura media, con un pelo largo y negro, peinado con lazos blancos y grises. Vestía una bata como de hospital psiquiátrico (al igual que Tsuki lo hacía), y tenía unos ojos grises como la luna. Debo mencionar que Tsuki era bastante similar a esta chica, Tsuki tenía un pelo ondulado, negro y que le tapaba los ojos, era de estatura media-baja y tenía un curita en la nariz. Además, Tsuki tenía unas orejas de gato y una cola de gato que salía de debajo de su bata, y aquella chica tenía unas alas de paloma que le daban un aspecto de ángel.
ESTÁS LEYENDO
Vacío Estelar
FantasyStar, un chico con depresión, se encontraba pintando y el contenido sale del lienzo, su cuarto se transforma en un nuevo mundo en el que debe buscar su razón de vivir. Nota del autor: Se publicará el primer capítulo y se continuaran subiendo los dem...