Capítulo 14

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El día tan esperado llegó, la casa de la familia Godoy realizó un agasajo para los invitados. Los hermanos Miranda recibían la atención de los invitados quiénes estaban curiosos sobre saber cómo sucedió realmente el encuentro y al final era Lucas quién se ganaba la atención de los presentes, pero él no descuidaba ni por un segundo a su hermano mayor que en cualquier momento planeaba dirigirse a la barra libre.

— ¿Me llamabas? —Preguntó Lucas al ser llevado por Ivette a un lugar sin mucha gente.—

— La muñeca que me regalaste y la cual te demoró en hacer, lamentablemente fue deshecha por mi padre... No quiso darme ninguna explicación, solo me dijo que la tiró y nada más, intenté encontrarla pero fracasé; lo siento Lucas, perdí aquel regalo que con tanto esfuerzo y dedicacion me lo diste.

— No te sientas mal, puedo hacerte otro, aprendí a tejer así que pídeme lo que quieras y lo haré. —Susurró al sonreír, para luego quedarse hipnotizado por aquellos ojos.— Deberíamos volver a la fiesta, tienes muchos invitados esperándote. —Lucas vio como Ivette sonrió al dejarlo, fue entonces cuando se dirigió con sus amigos nuevamente.—

— Es tan parecido a ti, tiene ese aura de querer comerse el mundo. —Decía el señor Armando, mejor amigo del señor Miranda. Ambos se conocieron en la etapa universitaria, uno consiguió un mayor estatus pero eso no destruyó la amistad que perdura por más de veinte años.—

— Debería existir un manual para los padres, me ahorraría muchos corajes y frustraciones.

— La vida nunca es justa. —En ese momento el padre vio a Ivette, siendo acorralada por sus amigas quienes le robaban una sonrisa.— Este día es para festejar, después de la comida dejaremos a los jóvenes.

— ¿Recuerdas cuando éramos esos jóvenes? Dios, con razón dicen que debes disfrutar tus etapas... Pero no me arrepiento, lo tuve todo. —Con una sonrisa bebió el champagne, desviando la mirada sobre César quién parecía desesperado por probar todos los tragos de la barra.— 

— Entonces ¿Aceptaste a esa jovencita? ¿Ignorando por completo sus orígenes?

— Estoy dejando que haga lo que quiera, dicen que los jóvenes se encaprichan más cuando les niegas algo. —Al dejar la copa sobre la mesa pudo bajar la mirada.— Igual esa relación no va a durar mucho tiempo, solo me toca esperar.

— Cierto, el tiempo nos dará la razón. —Con una carcajada bebió el champán.—


La fiesta inició, todos los jóvenes disfrutaban del evento en vivo y del buffet, Ivette agotada se dirigió a los servicios en donde se retocaría el maquillaje así como tomar un respiro. En el momento en que planeaba volver a la fiesta escuchó que alguien abría la puerta principal, por obviedad se dirigió allí para recibir a los invitados mientras los señores disfrutaban en la azotea de una comida.

Cuando Ivette llegó a la puerta pudo ver la figura de un hombre, era algo y con el cabello castaño quién al verla sonrió dejando a un lado el maletín y abrazarla de golpe. Era el primo de la familia, Fabián, quién se había ido del país hace años y al parecer planeó darle una visita sorpresa.

— ¿Por qué no me dijiste que ibas a venir? Hace tanto tiempo que no te veo, ¿Cómo estás? ¿Cómo están tus hijos? Cortaste completamente la comunicación y no sabía nada de ti, éramos como hermanos. —Ivette lanzó un golpe sobre el primo, en ese momento escuchó un ruido proveniente de la sala y vio a Lucas.— Ven, te presentaré a alguien. —Lo llamó con la mano y el chico obedeció.— Él es mi primo, Fabián.

— A quién considerabas tu hermano... —Susurró Lucas al recordar la conversación, dándole la mano para sellar el saludo recibiendo una vibra extraña en la mirada de aquel hombre.—

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