Aunque no me creas, no vengo a pelear (introducción)

4 0 0
                                    

Narradora con voz baja: Aunque menos te lo esperas, a veces la vida esta llena de sorpresas, eso es interesante "coincidencias? Existen, pero se provoca algunas veces por cierto individuo, en esta ocasión, no es de ciertas coincidencias. La búsqueda de tener una información al desconocido, es imposible en cierta realidad, solo sabemos a base de historias y pocos descubrimientos viejos, e y ese chico es uno que Gélida no resuelve...

Con voz normal: Anteriormente, Gélida estaba decepcionada y humillada de colaborar accidentalmente en una tal fechoría de un sujeto desconocido, su conciencia no la dejaba en paz e se abrazaba en su propio cuerpo, sudando todo su cuerpo, diciéndose asi misma "-no fue mi culpa, fui ignorante-" dandose una lección así misma y no defraudar otra vez su aldea de esa manera abrupta (violenta), parecía que se iba enfermar

Pero de pronto, una hormiga diminuta, "indefensa" comiendo azúcar tan fina como la sal fina de una comida lujosa y de previo aviso, se convirtió en una persona, era Siniaster, su aspecto tan oscuro como una casa en medio de la noche, silencio, apagado la linterna, callado, su voz de manera caballerosa era tan suave como la seda, pero a destruir la tela (enojado), su voz era tan distorsionada que era una bocinas con pitidos de estática, era horrible, Gélida se mareaba por su distorsión, el aura no ayudaba en nada.

Siniaster tenía a descubierto la hacha hasta el brazo de Gélida, Gélida temblando, con los ojos al punto de llorar de indefensa y Siniaster esperando a ver la reacción de ella, de pronto Siniaster, lo que menos ella esperaba, Siniaster solo toca la frente de ella para ver si estaba mareada por su aura: -estas mareada?- tono burlón -si no te mareaba me ibas a atacar con tu poder de hielo, debes recargar no es así solo te evitare una pelea innecesaria- decía con tono caballeroso, retomando su voz natural y menos pitido

Siniaster dejaba a Gélida sentada en una esquina, en el suelo, para que se recuperara de su susto y sus orejas de oir su horrible voz, Siniaster: -disculparme mi voz muñeca~ me enoje que eras la misma chica que ataque unos tiempos antes, pero no eres tan peligrosa como pense-

Gélida super enojada, no podía estar estable por su mareamiento: -dime eres la misma persona que mato al ladrón, una inocente persona que robaba!!

Siniaster el ignora a Gélida la azúcar que estaba en la taza cuando era una hormiga, Siniaster se la comía con mucha suavidad: -wow, no pensé que esta cosa seria tan dulce como la miel- sonríe

"-tan mentiroso que tus tareas recién preparadas en el primer día que te las han dejado y esa sonrisa era la más hipócrita que e visto!-" decía Gélida enojada y no podría soportar tanta mentira -porque eres tan mentiroso y feo-

Siniaster no entendía porque Gélida le decía feo en que termino, sabia que Gélida lo decía por otro método: -soy feo- señalaba a el mismo -no lo creo, siempre e visto las chicas viéndome y eso es raro- inocente se rascaba la cabeza

Un momento incomodo entre Siniaster y Gélida, ella no entendía porque él era tan inocente (en algunas cosas) o es que desviaba los acontecimientos de hoy y era difícil comprender a Siniaster claramente sus ideas

Siniaster serio: -no mentire yo mate a ladrón que te robo el collar- silencio intenso -no debes decirme como hacer mi trabajo Gélida, fui criado para esto, ser un "monstruo", debías a ver verificado de manera que trabajaba - callado

Gélida ya no tenia esperanzas, nunca las tuvo porque Siniaster siempre fue un desconocido, Gélida siempre hablaba con los extrajeros por amabilidad "no juzgaba su libro por su portada a veces" a ver a Siniaster, pensó que lo había discriminado erróneamente por su "historia" de origen ya no creía a Siniaster y cuidarse de este hombre insolente (orgulloso)

El Discreto Y Su AcompañanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora