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Dentro de aquella taberna, se podían escuchar abucheos por parte de hombre fornidos con apariencia rígida, quienes gozaban entre carcajadas sosteniendo un tazón de licor acompañados de mujeres hermosas.

De un momento a otro, la puerta de aquel lugar fue abierta por un grupo de guardias que cubrían a una mujer pudiente, ganándose las miradas de los que se encontraban por ahí.
Su paso se vio dirigido hacia el fondo, donde pudo divisar unos cuantos sujetos apostar monedas de oro. Entre ellos, a un hombre sentado de espaldas.

—¡Kim!

El llamado de aquella mujer lo hizo voltearse, deleitando un rostro sugestivo y sin gracia.

—¡Pero miren quién está aquí!... —el moreno se levantó del asiento con pesadez, tambaleándose de un lado a otro levemente por los tragos que había tomado. —No esperaba verla aquí, mi señora. —añadió burlón. —Me preguntó a qué se debe su visita.

—Enserio eres un apeste. —gruñó la mujer provocando que Tae riera a carcajadas, atrayendo nuevamente las miradas.

—¡A todo esto, supongo que ambos lo somos! —Kim limpio las gotas que salían de sus orbes por la reciente reacción.

—Ahorra tus comentarios Kim, hablemos.
—dicterio la mujer serena recibiendo una mirada arrogante del moreno.

—¡Si, claro! —contestó. —después de usted. —Kim la guió con su mano hacia la escaleras que daban paso a una habitación privada.

Ella volteó los ojos encaminándose hacia el lugar dirigido, seguido por Kim quien a sus espaldas fue cubierto por los hombres con armaduras.

—Quédense aquí. —ordenó la mujer a sus hombres. —No tardaré mucho. —concluyó, continuando su paso.

—Tranquilos, no le hare nada a su señora. —mencionó Taehyung con burla. —Tomen unas moneditas y compren un poco de licor. —agregó el moreno agarrando la mano de uno y posar en su palma el oro pesado.

El paso de la mujer se vio lento y distinguido, observando a su alrededor los pasillo con retratos de jóvenes desnudas posando de diversas maneras.

—Adelante.

Kim se colocó frente a una puerta que abrió con llave, dando acceso a la mujer onerosa quien tomó asiento frente al escritorio con papeles y bolígrafos, seguido de Taehyung quien se colocó delante de ella. 

—Y bien... ¿a qué se debe su presencia, mi reina? —Kim se inclinó sobre la mesa, esperando una respuesta dicha por la contraria.

Sin embargo, la habitación se inundó en un silencio, percibiendo las respiraciones de ambas personas con los músculos cubiertos en tensión.

Al momento que Kim quiso romper el hielo, Young Mi le lanzó una pequeña bolsa tejida que resonó en la mesilla.

—¿Qué es esto? —Kim alzó una ceja, agarrando el recado.

—Obsérvalo tú mismo.

Taehyung quito el hilo que lo sellaba para dar una ojeada dentro de esta, encontrándose con monedas de oro y unos cuantas joyas.

—¿Enserio? —mencionó irónico, observando a la mujer frente a él.

—Es una recompensa. —señaló.

The king's concubine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora