Mi querida amiga Alexa [Completa]

22. Pubertad

–Mamá, me encuentro mal. También estoy un poco triste y tengo ganas de cargarme a alguien, y no sé por qué.

–Tranquila, no te preocupes. Es normal que te sientas así después de todo lo que pasó ayer. A veces, la cabeza o la tripa pueden doler por los nervios. Ignora lo que sientes porque es malo. Ya se pasará.

–Pero es un dolor que nunca tuve antes.

–Se habrá cambiado de lugar. Puede ser que sea más fuerte o más flojo, por eso duele de otra forma.

–Irene, ¿cómo te encuentras? Siento mucho no haber podido salir contigo y evitar lo que pasó. Sé que ya te lo dije ayer, pero sigo sintiéndome culpable. ¿Cómo se lo tomó tu madre al final?

–Entendió lo que pasó. Al principio no me creía porque no se fiaba de mí, pero al habérselo dicho mi padre, ya se lo tomó en serio. Además, le llegó a mi vecina un video y se lo enseñó.

–Me alegro de que al final ella reconozca que su hija está mal. Espero que todo haya sido un susto. No te han hecho daño, ¿verdad?

–Físicamente no, pero me duele la tripa. Mi madre dice que son los nervios por lo de ayer, pero es un dolor que no tuve antes. Estoy deprimida y no sé por qué, y quiero matar a alguien. –Me miré en la cámara del móvil y me sorprendí. –Me acabo de dar cuenta de que me han salido dos granos. Tío, ¿por qué pasa todo lo malo a mí?

–¿Te ha bajado alguna vez la regla? O la menstruación, como se dice a veces. Hay chicas que la llaman la tía o la parienta.

–¿Qué es eso?

–Creo que tienes eso.

–¡Pero dime qué es! ¡Me estás asustando! ¿Me voy a morir?

–No, no. No te preocupes, estarás bien. Lo que te pasa es normal, se llama pubertad. Nos pasa a todos a una determinada edad, generalmente entre los 10 y los 16 años. Lo que no sé es cuándo termina o a qué edad lo hace. –Seguía agobiada porque no sabía lo que era eso. –A las chicas les pasan cosas diferentes que a los chicos. A ellos les cambia la voz, les crece la barba y la nuez. A las chicas nos baja la regla o menstruación y nos crecen los pechos. Lo que nos sucede a los dos géneros a la vez son los granos; el cambio de personalidad, gustos y amigos; y solemos pegar el estirón, o sea, crecer bastante.

–O sea, la regla es normal, ¿no?

–Sí, por la edad que tenemos, sí.

–¿Pero qué es?

–No estoy muy segura de cómo va, pero intentaré contarte todo lo que sé. Los ovarios, una cosa que solo tenemos las mujeres, maduran y el óvulo, el fruto de los ovarios, baja por las trompas de Falopio hasta el útero. Entonces, el óvulo se desintegra y sale como si fuera sangre. No es sangre real, no sé si me entiendes. No es sangre como la que te circula por el resto del cuerpo; es otra. No es un problema que te baje, es un problema que no te baje. Suele bajar cada 28 días aproximadamente y suele durar entre 2 y 7 días. Es muy normal que duela y que tengas un gran cambio de humor. Entre regla y regla puedes quedarte embarazada si tienes sexo sin precaución. ¿Te has enterado de algo?

–No sé, creo que sí. Si me empezó a doler hoy, ¿me baja hoy?

–A veces baja el mismo día que te empieza a doler, y otras veces tarda unos cuantos días. No te pongas pantalones claros durante esa semana porque los puedes manchar.

–Buah, tía. Cuando ayer le conté a mi madre el problema, se empeñó en que yo hiciera un cambio de look. Me ha comprado un par de pantalones blancos para ponerme el lunes. Creo que me obligará.

–Tía, dile que no.

–Me obligará. Mejor voy a relajarme. Tal vez sea una falsa alarma.

–¿Qué tal te encuentras hoy? –me preguntó Alexa cuando estuvimos en llamada ese día.

–Ya no me duele, ya se me ha pasado. Ya te lo dije ayer, era una falsa alarma. Aún no me ha bajado nada.

Ese día me puse los pantalones blancos que mi madre me compró. La verdad es que no quería ponérmelos, ya que no eran mi estilo; solo me gustan los pantalones negros. Otra de las razones por las que no quería ponerme los pantalones blancos era por lo que me contó Alexa. Sé que no me bajará porque ya no me encuentro mal.

Ya en clase, la profesora empezó a llamar uno por uno para una presentación sobre una anécdota familiar. Se me olvidó completamente. Yo iba a hablar de cuando mi hermana de pequeña se reía cuando estornudabas a su lado.

Cuando los que iban delante de mí ya estaban presentando, empecé a encontrarme mal, como el sábado más o menos. Me asusté cuando tuve la sensación de que me podía mear encima. Intenté tranquilizarme, ya que faltaba poco para salir a presentar.

–¡A Irene le ha bajado la regla! –exclamó Alex cuando me levanté. –¿Cómo se te ocurre venir de blanco cuando te va a bajar la regla? Eres idiota. –Entonces sacó el móvil sin permiso de la profesora y empezó a teclear. –Ya verás cuando los de la otra clase se enteren.

Todo pasó muy rápido. La profesora expulsó a Alex toda la semana que viene por haber usado el móvil sin permiso y mi madre vino a buscarme.

Cuando salí de mi clase y pasé por el pasillo, me encontré a tres de la otra clase yéndose al baño. Ya se habían enterado. Me di cuenta de que lo sabían cuando los oí cuchichear. ¿Para qué sacó uno de ellos el móvil?

Ya en casa, me cambié los pantalones manchados y mamá me dio una compresa enorme que parecía un pañal. Tuvo que explicarme todo, ya que ella no sabía que ya me lo habían contado dos días atrás.

–Mamá, te veo triste.

–¿Sabes por qué estoy triste? Los pantalones blancos me costaron 25€ y como están manchados con esta sangre rara que no se va, los tengo que tirar. Pero no te sientas mal, no es tu culpa.

Por una parte, estaba feliz, podía volver a ponerme los pantalones negros sin que me obligaran a ponerme los que no me gustan.

Lo que quedaba de la mañana me quedé en casa.

Cuando me di cuenta, ya eran las 14:00. La mañana ya se había acabado y mis compañeros ya salían de clase.

Ring. Ring. Ring. Ring.

–¿Quién es?

–Alexa. Siento mucho lo que ha pasado.