Capítulo I - Decisiones. 2

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-Mind Dweller, ¿acaso perdiste la cabeza?- Preguntó Snow Blade mientras los demás héroes solamente miraban a Raiden, su expresiones eran una extraña mezcla entre llena de incredulidad, sorpresa, preocupación y confusión.- ¿Qué te hace creer que podríamos, bajo cualquier circunstancia, vencer al líder de la semilla del caos? Es que- ay, por los dioses. ¿Cómo se te pudo ocurrir algo así?- Mientras el muchacho de cabello blanquecino lo seguía cuestionando, los otros cuatro intercambiaron una mirada y Raiden se limitó a mantenerse callado y cabizbajo.

Debió haberse esperado una reacción así, era una reacción lógica ante un plan tan estúpido. En verdad, ni él había terminado de comprender cómo pudo pensar algo así, era ridículo, carecía completamente de cualquier tipo de lógica. Se arrepentía de haberles contado sobre aquello que había estado ocupando su mente por tanto tiempo, podía sentir cómo lo juzgaban desde sus lugares; Pyrrha, mirándolo con una expresión casi completamente neutral desde el sillón; Snow Blade, el único que había hablado hasta ese momento, parado en frente de Raiden mientras lo cuestionaba; Lynx, sentado al lado de Pyrrha, parecía estar algo perdido en sus propios pensamientos; Rosalinde, con la espalda apoyada contra la pared, sus ojos abiertos como platos; Solaris, todavía demasiado sorprendido como para limitar un poco a Snow Blade con sus preguntas, demasiado confundido como para alejarlo un poco de Raiden y decirle al de cabello blanquecino que se calmara un poco.

Por un buen rato, todo fue silencio a excepción de las preguntas incesantes de Snow Blade- '¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué?', y más, cada cosa que se le ocurriera preguntar-, cuyo tono resultaba mucho más agresivo y alto de lo que en verdad quería, aunque no sorprendía a nadie, todos sabían que así actuaba Snow Blade cuando algo lo tomaba desprevenido. Sus preguntas se detuvieron al escuchar a Lynx carraspear, con esa única acción, hizo que la atención de los otros héroes ahí voltearan a verlo. El mayor de los héroes se levantó de su lugar en el sillón y empezó a caminar, muy lentamente, hacia donde Raiden estaba parado. Esto hizo que Snow Blade por fin dejara de hacer preguntas y retrocediera un poco. Raiden, por su parte, también quiso retroceder, no sabía exactamente por qué, pero siempre le habían tenido cierto miedo a Lynx, había algo en su mirada y la forma que se movía que siempre había intimidado un poco a los demás héroes.

-Mind Dweller.- Fue lo único que dijo, y su voz resonó contra las paredes de la guarida, como si la misma guarida quisiera asegurarse de que lo hubieran escuchado, de que la atención de todos estuviera completamente posada en el mayor.- Escucha, creo que todos aquí podemos entender que quieras deshacerte de la semilla del caos por completo, pero tienes que ser razonable. Claro, aquí podemos pelear sin problemas contra los infiltrados, pero aquí tenemos poder, tenemos el apoyo del líder, allá no tendremos nada. Sé que eres joven, no entiendes muchas cosas,- Eso, en especial, lo enfureció. Sí, era joven, pero, ¿acaso se le había olvidado que él también peleaba casi a diario?-, pero si intentamos entrar a ese lugar, tendremos suerte de salir en una pieza. Eso sí deberías saberlo.-Los demás permanecieron callados, Raiden no pudo hacer más que mantenerse cabizbajo.

Eso, junto con el hecho de que sentía que era invisible para todos, era otra de las grandes razones por las que detestaba tener que trabajar con ellos. Siempre encontraban la manera de menospreciarlo, de subestimarlo por ser el más joven. Lo peor era que los demás ni siquiera eran mucho mayores que él; los gemelos, Pyrrha y Solaris, tenían 25 años; Rosalinde tenía 28; Snow Blade y Lynx eran los más cercanos en cuanto a edad, con Lynx siendo tan solo 2 meses mayor que Snow Blade, ambos teniendo 31 años de edad. Sí, eran mayores y con un poco más de experiencia, pero eso no les daba el derecho de tratarlo así, sabían perfectamente bien que Raiden era tan esencial para el equipo como el resto, y aún así lo trataban como un niño pequeño.

No supo qué responder, ni siquiera tenía ganas de hacerlo, sabía que sin importar lo que dijera, para él no sonaría como más que un niño pequeño con sueños y metas inalcanzables, eso era él para ellos. No lo pensó dos veces antes de darse media vuelta, tomar su mochila (que estaba recargada contra una pared cerca de la puerta como de costumbre) e irse de aquel lugar, ignorando por completo las palabras que tanto Solaris como Rosalinde intentaban dirigirle para que "se calmara", como siempre, intentando decirle que estaba exagerando, que Lynx solo buscaba lo mejor para él y el resto del equipo. Sí, claro.

Romance du Sang (Romance de Sangre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora