#13. Ángel caido del cielo

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~James~

3:00 a.m.

No e logrado que Minnie tome un descanso, no ha dormido absolutamente nada y eso me preocupa.
Él tal Conor no la a dejado en paz ni un minuto. Ahora nos encontramos todos en la sala.
Sara esta preparando algo para que Minnie y Anne coman. Conor esta abrazado a Minnie... a mí Minnie.
Alexander tuvo que irse, ya que sus padres le estaban llamando.
Yo, me encuentro con Arthur en el despacho, hasta que decidimos salir y ver como se encontraban los chicos.

Anne también término afectada, sus padres fallecieron cuando ella era una niña y quería a los señores Swan.

Al llegar, también había llegado Sara. Traía con ella unos panqueques y leche fría. Y en otras tazas, traía café y té.

– Coman lo que quieran. Hice para todos. -dijo esta-

– Gracias señora Sara. -respondió Conor-

– Háblame de tú, hay confianza. -dijo ella y Conor asintió-

– Minnie. -me miró- ¿Podemos hablar?

No dijo nada, solo asintió y se separo de Conor.
Fuimos a mi habitación y allí cerré con seguro.

– ¿De qué necesitas hablar? -pregunto ella-

– Debes descansar. Mira nada mas, tus ojitos están inchados por lo tanto que has llorado. -tome sus mejillas en mis manos y las acaricié levemente-

Sus mejillas eran tan suaves. Su boca era tan linda, como el color de una fresa, sus ojitos eran lindos. Pero parece que la e destruido para siempre, ella no se merece esto.
¿Por qué no cuide de sus padres también? Nunca me lo voy a perdonar.

– James... mis padres. -una lágrima rodó por su mejilla- Por mi culpa Garret... -la interrumpí-

– No, no digas que fue tu culpa, no lo fue. -mire sus ojitos llenos de lagrimas y tristeza-

– Faltan días para mi graduación, lo que más quería es que estuvieran ellos conmigo. -sus voz se cortaba-

– Y van a estarlo, todos los días de tu vida. Pero de diferente manera. -la abrace-

– Los voy a extrañar demasiado. -comenzó a llorar en mi pecho-

– Te llevare con ellos, cuando estés mejor. -esta asintió sin dejar de llorar-

Respondió mi abrazo, y se sentía que estaba totalmente desecha, podía sentir lo mal que estaba. Y pues si no, son sus padres. Acaricié su cabello rizado. Levante su cara para que quedáramos frente a frente.

– Todo estará bien. -asintió-

Me quedé mirándola durante algunos segundos. Es tan dulce y hermosa, la mujer perfecta.
Le di un beso cálido en la mejilla y pude notar como se ruborizo.

– Tus padres siempre te van a amar. Debes ser fuerte. -sonreí-

– Gracias James, eres un gran hombre. -sonrió ella-

Nos miramos unos cuantos segundos más. Estaba apunto de besarla, cuando en eso tocan la puerta.

– ¿Quién? -dije-

– Soy Dalia. -dijo ella detrás-

– Gracias por tus palabras James. -me dedico una bella sonrisa-

Le di un beso en la frente y un último abrazo, abrí la puerta y Dalia se nos quedó mirando con los ojos como platos.

– ¿Qué hace esta... -la interrumpí-

– Guarda silencio Dalia. -me miró confundida- Ve y descansa Minnie. -asintió y se fue-

Mi Biker MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora