Sonrisas de papel, de esas que si las acaricias te cortas, de esas que si las hueles te recuerdan una historia, de esas que se cuelgan en la pared de tu pecho con chinchetas de metal. Puede ser que por esa misma razón duelan tanto... porque las mejores sonrisas las incrustamos tan hondo para que no se caigan, quedando ahí siempre su marca.
Sonrisas de cristal, tan tímidas que si no les subes el volumen no se escuchan, de esas que son tan frágiles que si las agarras con fuerza te atraviesan las manos, que brillan y provocan incendios, que reflejan la luz, de las que ciegan a descubierto y pasan desapercibidas en la sombra.
Sonrisas de agua que se derraman, que esperan que bebas de sus labios para calmar tu sed, que fluyen y llueven, que calan tu ropa y se evaporan en secreto para luego volver en forma de lágrima.
Sonrisas de tierra, se te meten en los ojos y no te dejan ver, que molesta, pero cuando consigues apartártelas aprendes que siempre se puede estar mejor.
Sonrisas de aire, de esas que te alborotan el pelo sin pedirte permiso, de las que te llenan la garganta de aire frío, de las que te despiertan de sopetón, que impregnan de tu olor la brisa, de las que te confiesan en un susurro que aunque desaparezcan siempre volverán...
Son risas al fin y al cabo.
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Trocitos de mí
Short Story"Trocitos de mí" es una recolección de microrelatos, relatos sin terminar, reflexiones y escritos que emanan de mi alma, espero que os guste.