Capítulo V: ¡Abriendo los ojos!

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Al día siguiente, como era usual, la alarma sonó por lo cual y con mucha pereza, me tocó apagarla y estirarme para poder terminar de despertarme como es debido. Necesita reaccionar bien para comenzar este nuevo día.

No puedo negarlo, estaba algo nerviosa pero también muy emocionada. Hoy me tocaba caminar por las calles de mi infancia, toda mi vida había transcurrido allí.  El espíritu navideño ya se sentía en mi casa y en mi familia, como siempre. Todas las calles estaban en el mismo "Mood" al igual que en todas las personas del pueblo, decoraciones por doquier, luces, nieve, árboles para decorar, etc. 

Cuando finalmente desperté fui a lavarme la cara, prepararme y luego bajé a la cocina para almorzar. Al llegar mi familia estaba desayunando. Al menos mis padres, aún mi hermano no había llegado con su familia porque habían quedado con mi madre que la ayudarían a terminar de decorar los adornos que faltaban.

Saludé a mi padre que seguía igual, tal como lo recordaba, con su café y su periódico en mano, con sus shorts y sandalias jajaja.

-Hola Pa, ¿Cómo estás? ¿Cómo dormiste anoche?

-Hola princesa, todo bien y ¿tú?

-Increíble, llevaba tiempo que no dormía tan bien –Dije sonriendo y me dirigí al refrigerador, estaba buscando que iba a desayunar-

-Qué bueno tesoro, creo que estabas muy agotada del viaje.

-Sí, hace tiempo que no dormía así. Como siempre ando corriendo, de un lado para el otro, con la editorial, no he tenido mucho tiempo para descansar adecuadamente.

Mientras que me dirigía a la puerta del refrigerador, mi madre estaba bajando las escaleras. Supongo que se acaba de despertar.

-Veo que ya te despertaste dormilona- Dijo graciosa- Eran las ocho de la noche y ya te habías quedado totalmente dormida, jajaa. Me recordó tu infancia, no eran las 8:00 pm y ya estabas dormidita en tu cuarto, abrazada con Ariel (Sí, tenía un peluche de una coneja, que me dieron en mi nacimiento a la que llamé Ariel porque esa era y sigue siendo mi princesa preferida de Disney en la actualidad)

-Bueno, que puedo decir ma, viajar cansa-reí también-

- ¿Qué vas a desayunar? -Le pregunté tomando unos huevos porque quería comer pan tostado con huevo, jamón y queso-

-Creo que un sándwich me irá muy bien.

- ¿No quieres huevo frito?

-No cielo, intento no comer mucha grasa por el colesterol.

-Está bien, ma, es mejor así.

Una vez que obtuve todos los ingredientes que necesitaba para hacer mi desayuno, me puse a cocinar; mientras estaba hablando con mis padres, hace mucho tiempo no lo hacía. Sinceramente, estaba atesorando cada minuto con ellos y cada conversación profunda que teníamos o surgía. Podría ser de cualquier tema. Sin embargo, no nos metíamos con la política  o las creencias religiosas.

Cuando terminé de desayunar fregué los platos, es lo que menos que podía hacer. Aunque sé que mi madre me dijo que ella lo fregaría sin problema, yo insistí. Al terminar de colocar los platos en su sitio, fui a cambiarme; para ese momento tanto mi madre como mi padre se había marchado a sus respectivos trabajos.

La casa estaba totalmente sola, así que decidí dar un pequeño recorrido por todos los pasillos y las escaleras que me vieron crecer y convertirme en la mujer que soy en la actualidad. Aunque siempre he tenido que comportarme y presentarme ante todos los demás, como la chica fuerte, incluso frente a toda mi familia. Sinceramente, les puedo decir que hay ciertos momentos en los que no soporto tantas cargas y solo me siento a llorar.

Es difícil hacerse "La Mujer de Hierro" todo el tiempo, especialmente, solo es apariencia porque por dentro te sientes mas muerta que viva y solo te concentras por sobrevivir cada mes;  por lo cual estas más programada que otra cosa.

La cantidad de recuerdo me fueron invadiendo la cabeza. Cada paso que daba, cada escalón que subía o bajaba, las fiestas de cumpleaños en la piscina techada, las navidades blancas y nevadas que formaron parte de mi infancia, los amigos que venían y se quedaban a dormir, los familiares que nos visitaban desde otros estados del país para celebrar juntos momentos inolvidables; tales como: el día de la madre, Día de la independencia, día del padre, Navidad, Año Nuevo, Pascua de resurrección, Semana Santa;  entre otros eventos importantes.

Lo admito mis ojos se aguaron que no pude soportarlo. Llevaba muchos años sin regresar a casa que se removieron muchos sentimientos ocultos u olvidados, al menos en mi parecer. 

Sin embargo, al ver la hora ya era un poco tarde. Así que me fui a mi habitación, me puse la ropa y enseguida salí para la editorial. Ya veremos que me esperaría allí. 

All I Want for Christmas is YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora