☆ ¡🐺! ☆

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⚠️: BDSM, Sadomasoquismo, Voyeurismo.






“Ya casi llego.”

Escribió en su celular, enviando el mensaje con algo de nervio.

Mira por la ventana del Uber que había pedido, sin ver mucho más que un poco de personas pasando, siendo algo raro y a su vez peligroso por la hora que era.

Pasaban de las 12 A.M. por lo que el de oji-azul se la pasaría bostezando en todo el recorrido hacia su destino, sosteniendo su mochila como si de una almohada de tratase.

Y como se dijo, llegaría al poco rato de haber enviado aquel mensaje de texto, bajando del auto sin olvidarse de agradecer, quedando enfrente de una entrada, la entrada de un hotel.

Ese hotel era uno de los más lujosos de su ciudad, el rentar uno aunque sea por una noche era casi como venderle un riñón a los dueños del lugar.

Se acomodaría sus lentes para después entrar a la recepción, donde ya estaría el recepcionista esperándolo al parecer.

— Hey, Loco. Ya te están esperando arriba. — Avisaría mientras sostiene su teléfono, marcando a un número, suponiendo que sería el número del departamento para avisar que ya estaba aquí.

Le extendería una llave en forma de tarjeta, la cual acepto con gusto.

— Gracias.

Con eso, se iría hacia un elevador que iba abriéndose, saliendo una pareja, pudiendo entrar para pulsar el botón del 7to piso y se cerraran las puertas.

La típica música de ascensor sonaría, vería como el número de los pisos aumentaba poco a poco, teniendo poca paciencia en estos casos, pulsando un par de veces más el mismo botón de piso. Cuando finalmente estuvo en el piso se fue directamente a la habitación gracia a que había ido múltiples veces ahí y ya no se podía perder en el gran hotel como en sus primeros días.

La habitación 743 sería su destino, pondría la tarjeta para que fuera leída, pudiendo abrir el candado de la puerta y así entrar, dejando su mochila en algún sillón por ahí.

Poca iluminación había, pero se podía notar una silueta con un trago en mano en la gran ventana que había en toda la sala, dando una hermosa vista nocturna a la ciudad.

Cuando este se dio cuenta de su presencia se tomó el trago de una y se dirigió hacia su invitado, con total entusiasmo.

— Además de tu obediencia, me encanta lo puntual que eres, cachorrito. — Diría otro azabache de ojos lilas, acercándose al de ojos azulados para poner sus manos por encima de sus hombros, pasando sus manos cerca del cuello del suéter, viendo que poseía una gargantilla negra con un anillo de corazón, llegando a resaltar unas tachuelas. — Y veo que vienes listo.

𝗟𝗲𝘁'𝘀 𝗣𝗹𝗮𝘆, 𝗣𝘂𝗽𝗽𝘆! ○ 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora