Un romance con sabor a café || Romances #1 ||

1: La dichosa presentacion.

Megan

-Vamos Mimi, será divertido- Dice Laury mi mejor amiga desde la otra línea en su octavo intendo de convencerme de ir a una dichosa presentación de una banda la cual odio con todo mi ser.

—No lo sé, Lali, sabes que no me gusta esa banda tuya— en cambio mi mejor amiga, si que es súper fan de esa banda.

—¡Lo se!— grita haciendo que aparte el teléfono de mi oído—, pero ven, no quiero ir sola.

—¿Me estás diciendo que vaya a una presentación de una banda que no me gusta, en vez de quedarme en la cama leyendo como dos jinetes se odian a muerte, pero deben convivir juntos porque sus dragones son pareja?— digo haciendo referencia al libro que me estoy leyendo ahora.

—Si...— dice con voz chillona— Por favor, Emely también va a venir— Emely nuestra otra mejor amiga y la más alocada del grupo aún que es una mamá de una niña de dos años.

<<Se embarazo a los dieciocho>>

—Ya, está bien. Voy a ir.

—¡Sabía que ibas a aceptar!— Grita, seguimos hablando un poco mas y nos despedimos, apago mi teléfono y me levanto de la cama, salgo de mi habitación y bajo a la cocina, donde mi abuela paterna Clarisse está preparando el café.

-Hola, Abu- Digo y está se gira con una sonrisa.

-Hola Mimi, ¿Deseas café?- Dice y asiento, el café es una de las cosas favoritas en el mundo y si lo admito quizás tenga una no muy sana obsesión con el café, pero me fascina.

Me sirve el café en mi taza, está es de color rojo con puntitos negros, la tomo y me siento en la isla que tenemos en el centro de la cocina, mis padres son Diseñadores de Interiores, así que mi casa siempre ha estado muy bien adornada.

Mi abuela se siente a mi lado y la miro de reojo. Mi abuela y yo nos parecemos bastante físicamente, nuestra piel blanca, ambas tenemos los ojos de color verde, pecas que casi ni se notan, el único hoyuelo que se nos forma en el cachete derecho, lo único que no tenemos en común es el largo de nuestro pelo, ya que mi abuela lo tiene para más abajo del cuello y yo por la cintura, pero ambas lo tenemos de color castaño y  muy rizo.

-¿Quieres ir al jardín- Pregunta y me giro hacia ella con una sonrisa dándole a entender que acepto.

Abu y yo tenemos un jardín, también compartimos muchas cosas en común, como el café, las flores, el color rojo, la comida, entre otras cosas.

Caminamos hacia la parte de atrás de la casa que es donde se encuentra el jardín.

-¡Mira Mimi!- Dice una vez que llegamos-, las hortensias están volviendo a florecer- Señala la hortensia que efectivamente está volviendo a florecer, sonrío y camino hacia donde están mis flores favoritas, los tulipanes.

-¡Mira Abu, los tulipanes también!- Le digo con una sonrisa, mientras señalo una esquina que prepare con tablas de madera, para poder sembrarlos.

Y así pasamos la tarde, chequeando y revisando las plantas, regándolas y poniéndole más abonó.

A las 6:43 p.m. subo a mi habitación, voy a mi armario y agarro unos vaqueros cortos de color negro y un top rojo, me baño y me pongo la ropa, dejo mis rizos sueltos, me pongo mis converse rojas, agarro mi bolso y vuelvo a bajo donde me encuentro a mi madre.

Trato de ir hacia la puerta principal sin hacer ruido, para que no me note, pero es imposible.

-¿Piensas salir?- Pregunta y giro hacia ella, su cabello negro esta atado en una coleta alta y sus ojo avellanas me mirar de arriba hacia bajo con indiferencia, como siempre.