Lo siento..

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En el tranquilo entorno de su campamento, Jake y Ashley se sentaron alrededor de una pequeña fogata después de un día lleno de varias emociones complejas. El crepitar del fuego y el suave murmullo de la naturaleza creaban una atmósfera relajante mientras el peliazul reunía el coraje para hablar de algo importante con la rubia.

-Ash, necesito contarte algo que pasó hoy.- dijo Jake, con una mezcla de nerviosismo y determinación en su voz.

La chica lo miró con curiosidad, sin decir nada, para que Jake supiera que podía continuar.

-Tom.., me pidió hablar hoy durante el desafío.- confesó el peliazul, mientras jugaba con un trozo de madera nervioso.- Le dije que no en el momento, pero ahora lo estoy reconsiderando.

Ashley frunció el ceño ligeramente, preocupada por Jake, pues sabía lo mal que lo pasaba cuando el pelinegro intentaba evitarlo cada vez que podía.

-¿Estás seguro de eso? ¿Por qué lo estás reconsiderando?

-No lo sé realmente. Supongo que me tomó por sorpresa.- respondió Jake con un suspiro estresado.

-Jake, entiendo que esto te esté causando estrés.- dijo la rubia con voz suave, su mirada reflejando empatía-. Pero en última instancia, lo más importante es que escuches a tu corazón.

-¿Mi corazón?- Jake frunció el ceño confundido.

Ashley asintió con firmeza.

-Sí, tu corazón. A veces, las respuestas más importantes están dentro de nosotros mismos. No puedo decirte qué decisión tomar, pero tu corazón sí puede guiarte hacia lo que realmente necesitas.

El peliazul miró a la chica con gratitud en sus ojos mientras una sensación de alivio comenzaba a inundarlo.

-Gracias, Ash.- dijo Jake, su voz llena de sinceridad.-. Realmente necesitaba escuchar eso.

Ashley le devolvió una sonrisa reconfortante.- Estoy aquí para ti, siempre. Recuerda que no importa cuál sea tu decisión, estaré a tu lado.

El más bajo se levantó lentamente y se acercó a la rubia, extendiendo sus brazos en un gesto de gratitud. Ashley correspondió al abrazo de inmediato, envolviendo a Jake en sus brazos con fuerza.

Por otro lado, mientras la noche envolvía el campamento en una atmósfera de calma, Aiden se acercó a Tom, quien parecía estar perdido en sus pensamientos mientras observaba el cielo.

-Hey Tom, ¿Todo bien?- preguntó el bicolor, notando la expresión pensativa del chico.

El pelinegro suspiró, desviando la mirada hacia Aiden.- Bueno, algo extraño pasó hoy. Intenté hablar con Jake, pero él no quiso.

El más bajo frunció el ceño, preocupado por la situación.

-¿Por qué crees que no quiso hablar contigo?- Tom suspiró, recordando las palabras exactas de Jake.

-Me dijo algo así como "No voy a volver a caer en eso".

-¿Es enserio? Jake es demasiado inmaduro.- Dijo el bicolor algo molesto, por la actitud del peliazul.

-Entiendo que Jake puede haber reaccionado de manera inmadura, pero tampoco ayudó que lo provocaras durante el desafío.

-Lo siento, Tom.- Comentó Aiden, para después ver al chico con algo de duda.-¿Qué piensas hacer ahora?

-Creo que le pediré que volvamos a hablar,- Dijo Tom parándose del piso.- Necesito resolver esto.

-Suerte, Tom. Espero que puedan resolver las cosas.

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