Títere de los Dioses

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La ciudad de Orario, un lugar que siempre se caracterizó por tener muchísima gente entrando y saliendo, legal o ilegalmente, pero siempre llena de ánimo y movimiento, sin embargo hace ya tiempo no es igual, todo es gris, todo es demasiado incomodo.

-¿Hace cuanto ya? Casi un año... -Dijo Eina mientras se acomodaba los antojos cabizbaja- Desde ese entonces Orario no es el mismo.-

-Y que lo digas, los aventureros bajaron muchísimo su regularidad, ya nadie trabaja como antes, y la gente normal... Pff, todo esto es una mierda -Exclamó un frustrado Bors.

Ya desde hace casi un año la ciudad laberinto no era la misma, aquel aventurero que desde sus inicios llenó de alegría y energía las calles de Orario mientras el corría por estas ya no estaba, su cuerpo no fue encontrado desde aquella brutal lucha contra ese minotauro negro.

-Es algo trágico, ¿no lo crees? -Dejó escapar leve sonrisa- Toda una ciudad unida para que ese mocoso gane contra ese monstruo... Como si fuera un héroe, como si el pobre tuviera el poder para hacerlo -Y sin más, dejo liberar su ira- ¿Es que ninguno de nosotros podía hacerle abrir los ojos?, ¿Dónde mierda estaban los imbéciles de la familia Loki y Freya? ¡eh!

El aventurero no hacía más que lamentarse sin cesar, Eina trataba de tranquilizarlo mientras que incluso ella trataba de contener las lágrimas al recordar a su amado aventurero.

La anfitriona de la fertilidad con suerte podía mantener una mediocre clientela, las camareras daban lo mejor de ellas, al atender, al cocinar, al limpiar, daban el 110% para todo, pero ni así era suficiente, nada lograba complacer, ni el distrito rojo, ni la bebida, ni la comida, nada podía volver a la ciudad en su estado de gracia; Ryu y Syr fuera de la taberna trataban de generar la mayor cantidad de clientes posibles, pero nada servía.

Casi como un tributo inconsciente, Lily y Welf pasaron a saludar como ya hace tiempo hacían, nada de ello se escapaba de la rutina, los innecesarios "¿Como has estado?" y "¿Hay un mejor ritmo de clientes?" volvieron a aparecer, lo único rescatable de la conversación fue una nueva petición a Ryu para ayudarlos a llegar hasta el piso 22 dentro de unos días.

-Chicos... -Exclamó Syr, esta vez sonando mucho más animada que de costumbre, mientras una muy leve sonrisa escapaba de su bello rostro- Miren el cielo, ya no son solo nubes grises, hay un pequeño rayo de sol...

Un día más ya había pasado, el sol, que ahora podía verse un poco más, ya se estaba escondiendo mientras que emergía la luna, y con ella un viejo conocido volvía a la entrada del gremio.

- ¡Cuánto tiempo que ha pasado muchachos!... -Exclamó mientras saludaba con una reverencia- Diría que nada ha cambiado... Casi nada de hecho.

-Oh Dios Hermes, cuanto tiempo sin verlo -Dijo Eina con un tono dulce- Este último viaje duró mucho, no cree?

-Jajajaja de hecho si, pero bueno, son los gajes del oficio, que se le va a hacer...

Mientras que ellos conversaban la gente iba y venía, siguiendo el circuito rutinario, un aventurero tras otro, pasaban y pasaban los minutos, Hermes como de costumbre, contaba sus nuevas anécdotas con el fin de lograr entretener a la elfa; Los aventureros pasaban, aunque cada vez eran menos; la noche se apoderaba de Orario y con ello la hora de descansar del gremio.

-Tú sabes cómo es Asfi, intrépida como pocos -Comentaba entre carcajadas el Dios.

«Mas que intrépida es temeraria... Ella sola contra 15 bandidos...» -Reflexionaba mientras trataba de saber que responderle al Dios.

A todo esto, un último aventurero había llegado, cargaba con una bolsa gigante de piedras mágicas y una capa que cubría toda su figura; Misha en un principio se molestó que este aventurero sea tan inoportuno, "Casi al momento de cerrar es que decides aparecer" le reclamó ella, este aventurero decidió guardarse sus palabras para sí y luego marcharse.

La Consecuencia De Ser Un Héroe | Danmachi | Iluso00Donde viven las historias. Descúbrelo ahora