Llamé a la puerta esperando la reprimenda más grande jamás dada en el ejército y sentí pena por Javi que tendría que cargar con las reprimendas por llegar tarde que, en realidad, irían hechas solo para mí. Al tocar a la puerta iba mentalmente lista para recibir lo que merecía, sin embargo, su cara al recibirme fue de felicidad e incluso nos invitó a pasar.
-Hombre, veo que se encuentra mejor soldado, ya sabía yo que el soldado Javi velaría bien por usted. Me alegro por ambos, pasen antes de que pierdan más clase.
Javi y yo nos dirigimos una mirada interrogante y meditamos si debíamos aceptar la paz o si solo era un truco.
-Vengan, que no muerdo. Además, quiero que conozcan a nuestra psicóloga en el ejército: Maribel.
Decidimos avanzar finalmente y sentarnos en nuestros pupitres del fondo como todas las ovejas negras que van al final del rebaño. Por lo visto no estaban explicando que gratuitamente se nos ofrecía ayuda psicológica pues aquí lejos de familiares y ante un destino incierto con las miles de guerras que había hoy día nosotros precisamente necesitábamos más que nadie ese recurso. Me parecía algo bastante innovador para una entidad tan conservadora y anticuada como lo era el ejército y desde luego si mis circunstancias me lo permitieran usaría este recurso pero por desgracia no estaba en mi mano. Lo que yo había hecho no se podía contar por mucho que existiera el secreto profesional, no me fiaba de esa paparrucha. Aunque desde luego hubiera dado cuanto estaba en mi mano para que no hubiera problema y esa amable señora que parecía sacada de una película de señoras amables alemanas de la uno hubiera sido un posible consuelo.
Tras la clase que me dejó más embelesada hasta ahora aquí, mi Cabo se acercó a mí y me temí lo peor creyendo que sería ahora cuando sacaría su verdadera faceta controladora y me castigaría y desde luego no puedo decir que en parte no lo merezca.
-¿Podemos hablar en privado ahora que todos se han ido?
-Ya sé lo que vas a decirme y lo sé y lo siento.
-No tienes que sentirlo.
-Me he estado saltando clases cuando ya me encontraba bien y no es justo, no hace falta que finjas que no te molesta.
-¿Que has hecho qué?-preguntó comenzando a perder la paciencia-Bueno, bueno, da igual. Yo también he tomado algunas de estas sesiones de la maravillosa Maribel y me ha hecho comprender que no tengo derecho a juzgarte.
-Pues sí que es maravillosa-dije no muy convencida-aunque no creo que te dure mucho esa ola de comprensión.
-Normalmente ese comentario tan hiriente que haces cuando yo quiero poner todo de mi parte y tú no cedes me hubiera molestado-confesó entornando la mirada-pero hoy me encuentro de buen humor así que simplemente te explicaré a qué conclusión he llegado.
-Adelante Sócrates.
-¿Podrías dejar de ser tan cínica?-preguntó muy calmado.
-Está bien-dije poniendo los ojos en blanco-dime a qué conclusión has llegado.
-He manejado mal nuestra relación. El pasado no es determinante pero tampoco debe olvidarse y yo quería olvidar mi pasado contigo y ese no es el camino. Si espero que me ayudes a cumplir mi objetivo tengo que conseguir que entiendas por qué es tan importante para mí y también tengo que hacerte entender que es bueno para los dos. La autoridad es importante y no debemos pretender que no hay una jerarquía entre tú y yo pero no significa que no deba considerarte como una amiga del pasado y que podamos saltarnos ciertos formalismos. Quiero que puedas verme como algo más que una figura a temer, que entiendas que puedo llegar a ser un apoyo porque solo de ese modo las cosas serán civilizadas para que ante un momento de debilidad tu único escape no sea esconderte de mí.
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LA GUERRA ENTRE NOSOTROS
Teen Fiction¿Te han roto el corazón?¿No quieres volver a enamorarte jamás?¿Odias por su culpa a uno de los signos del zodiaco?¿Virgo verdad? Déjame adivinar 🙄 su nombre por J, quizá por A. Tranquilidad, tomemos pañuelitos. El mío fue una combinación de ambas...