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Un mes había pasado desde el primer encuentro de Alessia con Laia en la escuela infantil. Durante ese tiempo, Alessia había seguido recogiendo a Chiara dos días a la semana, disfrutando cada vez más de la compañía de la pequeña y de las conversaciones con Laia.

Alessia y Laia habían hablaban más cada vez que se encontraban en la escuela infantil, intercambiando anécdotas sobre la pequeña y compartiendo risas y sonrisas.

Laia siempre tenía una forma de iluminar el día de Alessia con su presencia y sus risas, y Alessia no podía evitar sentirse atraída por ella más y más con cada encuentro.

Una tarde soleada, mientras esperaba a Chiara en la puerta de la escuela infantil, Alessia sintió un cosquilleo de emoción en el estómago al ver a Laia acercarse hacia ella. La joven profesora lucía radiante bajo la luz del sol, con una sonrisa cálida en su cara.

"Hola, Alessia", saludó Laia, deteniéndose frente a ella. "¿Qué tal estás hoy?" Alessia devolvió la sonrisa de Laia, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. "Hola Laia, muy bien, ¿Y tú?"Laia asintió con entusiasmo. "Todo bien. Los niños han estado especialmente animados hoy, por lo que un poco cansada", comentó, con una chispa en sus ojos.

Durante los siguientes minutos, Alessia y Laia hablaron animadamente sobre el día en la escuela infantil, compartiendo risas y anécdotas. Alessia se sentía cómoda y feliz en compañía de Laia, como si hubiera encontrado a alguien con quien realmente podía ser ella misma.

Cuando Chiara finalmente salió de la clase, Alessia la abrazó con fuerza. Después de despedirse de Laia con una sonrisa, Alessia llevó a Chiara a casa, con la esperanza de volver a ver a Laia pronto.



Al llegar a casa de su hermana, Gianna entró en la cocina con una expresión preocupada en la cara mientras Alessia le quitaba la chaqueta a Chiara. Se sentó frente a ella, frunciendo el ceño ligeramente.

"Alessia, necesito hablar contigo", empezó Gianna, su tono de voz indicando que algo le preocupaba.

Alessia frunció el ceño, preocupada por la seriedad en la voz de su hermana. "¿Qué pasa, Gianna? ¿Está todo bien?" preguntó, sintiendo un nudo de ansiedad en el estómago.

Gianna suspiró, pasando una mano por su cabello con gesto nervioso. "Me temo que tengo que pedirte un favor", admitió, mirando a Alessia directamente a los ojos.

Alessia asintió, dispuesta a ayudar a su hermana en lo que necesitara. "Claro, dime qué necesitas", respondió.

"Resulta que me han cambiado el horario de trabajo y no podré asistir a la reunión de la escuela infantil de Chiara mañana por la tarde", explicó, con un tono de disculpa en su voz. "Bueno, me preguntaba si podrías ir tú en mi lugar. La reunión es importante y quiero asegurarme de que alguien de la familia esté allí", admitió, con una sonrisa apenada en el rostro.

Alessia asintió lentamente, comprendiendo la importancia de la reunión para Gianna y Chiara. "Por supuesto, Gianna. No te preocupes, iré yo", prometió.

Gianna la abrazó con gratitud. "Gracias, Alessia. Significa mucho para mí", dijo, aliviada por la disposición de su hermana para ayudarla.

Alessia sonrió, devolviendo el abrazo con cariño. "De nada, Gianna. Siempre estaré aquí para ti y para Chiara", aseguró, sonriéndole.



Al día siguiente, Alessia se preparó para la reunión de la escuela infantil, asegurándose de ponerse de lo mejor que tenía en su armario para estar lo mejor posible para Laia. Mientras se dirigía hacia la escuela, su mente estaba llena de pensamientos sobre Laia.

(🇪🇸) Your ocean eyes - Alessia RussoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora