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La vida como shinnigami no era la que todos podrían desear, es decir vamos sabes que alguna vez tuviste vida humana todos sabían que venían de los vivos que solo querían dejar de sufrir y por eso se lanzaron al dolor y odio, llegando ahí para ser castigados como era debido, por orden divina castigados a ver la muerte una y otra vez, por ello a Ciel no debió sorprenderlo ver humanos pero si lo hizo ¿Por que? Bueno había dos buenas razones.

La primera es que su figura materna Grell ahora se había escapado con una humana arruinando lo que podría decirse era una familia unida, segundo ¿Por que el humano enfrente suyo que era protegido por el demonio con el que ya se había topado antes, era igual a el?. Sintió dolor de cabeza, porque su mente se retorcía de una forma.


-Debo... debo irme.-Dijo, con miedo, confusión y odio profundo a esa dama de rojo que parecía confundida ante todo ese alboroto ¿Ella no sabia lo que hizo? A quienes daño.


-¡Espera!-Ese humano, quizá de más edad que el, quería acercarse pero ese demonio se lo interponia como un escudo ¿Acaso pensaba que lo iba a dañar? Posiblemente, pero que se vea tan igual a el, era algo que lo perturbaba demasiado.- No te vayas...-Rogo aquel humano, pero era demasiado.

Su mente gritaba.


-¡Astre!.-Grito el humano, al momento de que el Shinnigami se acercara a la ventana para irse de aquella mansión la cual rastreo y decidió entrar para encarar a su senpai, pero ese nombre, lo paralizo.

Hace tantos años alguien no lo llamaba de tal manera, recordaba una linda familia unos padres amorosos pero distraídos, un hermano mayor que le juraba siempre estar juntos mientras tomaba su mano, caminando por esos pueblos donde su padre, un conde respetado, los llevaba. Bajo la mirada de Dios juntando sus manos de forma inocente, jurándose jamás alejarse. 


Solo salto alejándose de aquella mansión mientras su mente desbloqueaba viejos recuerdos que lo atormentaban, sus ojos se llenaron de lagrimas y a unos metros de su huida se detuvo para quitarse su parche, dejando ver ese ojo grisáceo, con una gran marca de arriba abajo.

-Astre...-Susurro, su propio nombre, con dolor mientras se ocultaba con sus manos enguantadas, ese rostro lleno de confusión.


-Hermano...-El verdadero Ciel miraba por ese ventanal roto, sintiendo la brisa de la noche, con cierto dolor como si le hubieran arrancado una parte de el, bueno era su hermano gemelo eran como una sola persona.- Tu regresaste...-Susurro con esperanza y una sonrisa nada inocente se asomo en su rostro.

Sebastián, quien observaba todo aquello, no sabia como interpretar esta escena ¿Quién era Astre? ¿Un hermano? Que el supiera, su amo no tenia hermanos, pero ahora se enteraba que si, ese shinnigami... ¿Cómo llego a ser su hermano?. 


-Lo quiero.- Escucho a su amo, aquel joven quien aun miraba la noche, la luna encima suyo que lo bañaba con su luz.- Quiero que me lo traigas, lo quiero a el.- Ordeno, mirando a su demonio, una mirada burlona como si hubiera encontrado a su nuevo juguete.


-....Si, Señor Phantomhive.-La orden de su amo era clara, debía cazar a ese shinnigami, será divertido y más que la orden de su joven amo, será un placer propio poder obtenerlo.



[Lo siento que sea tan corto, pero me di cuenta que puedo escribir, ya no tan largo xd]


[Actualizare, pero con capítulos así, espero no les moleste :c]

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⏰ Última actualización: May 11 ⏰

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"Gloria" (Sebaciel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora