La Gira parte 4

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La persona que experimenta la idea de rebelión debe percibir el mito que la circunda.

Debe reflexionar que es proyectado sobre él. Y debe mostrarse fuertemente inclinado hacia la causa rebelde . Esto le impedirá creer en su propia pretensión. Su rebeldía le permitirá actuar independientemente de ella misma. Sin esta cualidad, incluso una causa noble puede destruir a un hombre.

De «Frases escogidas de Murphy», por Sayer Arijaya.

Justo cuando Meda va a salir de la habitación, un pitido la detiene. Se vuelve y ve que la pantalla de holograma se ha fundido en blanco y que se proyectan las palabras: «últimas noticias sobre la tribu de Leví». Su instinto le dice que es algo que no debería ver, sino que está dirigido al ministro, que debería irse. En vez de hacerlo, la chica se acerca más al holograma.

Un locutor al que no había visto antes aparece proyectada en holograma; es un hombre de pelo encanecido, con voz ronca y autoritaria. Anuncia que la situación empeora y que se ha establecido un nivel de alerta 30. Se han enviado fuerzas adicionales a la tribu de Leví y se ha detenido la producción textil.

La imagen cambia para mostrar la plaza del Templo Principal de la tribu de Leví, que reconoce porque estuvo allí la semana pasada.

Siguen viéndose las banderolas con su cara tatuada colgando de los tejados. Debajo de ellas hay una turba, la plaza está llena de gente gritando, con el rostro tapado con turbantes y burqas caseras, tirando ladrillos. Los edificios arden, los guardias de la luz disparan a la multitud y matan de forma indiscriminada.

Meda no había visto nunca nada parecido, pero sabe que no puede ser otra cosa: es testigo de lo que el emperador Mirren llama un levantamiento rebelde.

Una vez entendidas las implicaciones de lo que estaba viendo en el holograma del ministro George Meda salió del cuarto y empezo a recorrer el pasillo. Justo a tiempo, además, porque el ministro subió las escaleras un instante después. Meda lo saludó con una referencia y este a su vez bedi la mano de la chica en señal de veneración hacia un individuo sagrado.

—¿Buscas a Aśoka? —le preguntó, en tono amable.

—Sí, quiero enseñarle mi nuevo velo.

—Bueno, ya sabes dónde encontrarla. —En ese momento, otra serie de pitidos salieron de su estudio y él se puso serio—. Perdona —le dijo; entró en la habitación y cerró la puerta.

Meda espero en el pasillo hasta lograr tranquilizarse y se recordó que tenía que actuar con la naturalidad y solemnidad de una diosa. Después encontró a Aśoka en su dormitorio, sentada frente a su tocador probándose un kimono rojo, delante del espejo. Vio el reflejo de Meda detrás de ella y sonrió. Le lanzo una pequeña inclinación de cabeza seguido de un abrazo que le saco el aire a Meda.

—Mírate, pareces recién salida de un templo de Babilonia. Meda dio un paso adelante y toco la Gopi.

—Incluso el broche. Gracias a ti, las Gopis son la última moda en Babilonia. Incluso las nietas del emperador las llevan. ¿Seguro que no quieres que te lo devuelva?

—No seas tonta, era un regalo —respondió ella mientras se sujetaba el kimono con una alegre cinta dorada.

—¿Y de dónde la sacaste?

—Mi abuelo me la obsequio cuando mis padres murieron... según el, la propia diosa Bella se la dio cuando era pequeño, aunque creo que lleva en la familia mucho mas tiempo.

—Es raro que sea una Gopi —comento Meda—. Es decir, por lo que pasó en la titano maquia. Después del pequeño acto de rebeldía de aquella doctora cuyo nombre nisiquiera Babilonia quiere que se sepa, las mariposas que nunca debieron existir y todo eso.

La carrera de la muerte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora