Quiero expresar mi angustia en versos que abolida dirán mi juventud de rosas y de ensueños, y la desfloración amarga de mi vida por un vasto dolor y cuidados pequeños.
Y el viaje a un vago Oriente por entrevistos barcos, y el grano de oraciones que floreció en blasfemia, y los azoramientos del cisne entre los charcos y el falso azul de inquerida bohemia.
Lejano clavicordio que en silencio y olvido no diste nunca al sueño la sublime sonata, huérfano esquife, árbol insigne, oscuro nido que suavizó la noche de dulzura de plata...
Esperanza olorosa a hierbas frescas, trino del ruiseñor primaveral y matinal, azucena tronchada por un fatal destino, rebusca de la dicha, persecución del mal...
El ánfora funesta del divino veneno que ha de hacer por la vida la tortura interior, la conciencia espantable de nuestro humano cieno y el horror de sentirse pasajero, el horrorde ir a tientas, en intermitentes espantos, hacia lo inevitable desconocido y la pesadilla brutal de este dormir de llantos ¡de la cual no hay más que Ella que nos despertará!
𝓟𝓸𝓮𝓶𝓪 𝓮𝔁𝓽𝓻𝓪
Dentro de mí hay un león enfrenado: De mi corazón he labrado sus riendas:
Tú me lo rompiste: cuando lo vi roto Me pareció bien enfrenar a la fiera.
Antes, cual la llama que en la estera prende, Mi cólera ardía, lucía y se apagaba: Como del león generoso en la selva La fiebre se enciende; lo ciega y se calma.
Pero, ya no puedes: las riendas le he puesto Y al juicio he subido en el león a caballo: La furia del juicio es tenaz: ya no puedes. Dentro de mí hay un león enfrenado.
Dentro de mí...