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Ava Smulders se había decantado por ir a la playa de South Beach con sus amigas. Desde que era niña, Ava había vivido en Miami, por lo que conocía la zona bastante bien. Siempre disfrutaba de ir acompañada, ya fuera con su familia o con amigas, le encantaba mostrarles a los demás lo que solía ser su hogar en el pasado.
Todo el día, desde aproximadamente las nueve y media de la mañana, habían estado en esa playa disfrutando de diversas actividades: nadar, comer, jugar con la arena o simplemente tomar el sol. Pero lo importante es que se lo habían pasado de maravilla. A través del teléfono de Freya, Ava estaba buscando un lugar donde cenar o pedir comida para llevar al hotel, ya que según ella, era mejor cenar algo antes de regresar al hotel para luego ir directamente a dormir. Aunque, hay que admitir que las tres se habían quedado dormidas en la arena durante al menos una hora y media.
—Creo que moriré de hambre si no encuentras algo ya. —gruñó la dueña del teléfono.
Ava bufó y le mostró el teléfono a Mia. En la pantalla aparecía, no muy lejos de donde estaban, un lugar que ofrecía empanadas. Mia asintió.
—Levántate.
Freya obedeció y las tres se pusieron en marcha hacia su destino. Mia no dejaba de tomarse fotos, al igual que su hermana, quien grababa todo Miami.
El lugar estaba relativamente vacío. Es decir, sí había gente, pero no tanto como para tener que esperar dos horas por la comida. Esta vez, fue Ava quien se encargó de pedir la comida mientras las hermanas buscaban un lugar para sentarse y disfrutar de su cena. El ambiente tranquilo y la deliciosa fragancia de las empanadas y paellas hacían que la espera valiera la pena.
—Me encantaría grabar un videoclip aquí. —comentó Mia, cogiendo un vaso.
Freya alzó una ceja. —¿Has escrito algo? Sabes que si tienes algo en mente, podemos grabarlo aquí mismo.
—Todavía no he escrito nada, y tampoco se me ocurre nada en este momento. —respondió Mia con una expresión pensativa. Aunque estaba emocionada por la idea de grabar un videoclip en ese hermoso lugar, aún no tenía una idea clara de qué quería expresar en su música.
—Tienes inspiraciones. —Freya cogió una patata frita y se la metió a la boca. —Ya sabes, algo de mal de amores, no sé, tienes experiencia en el terreno. También puedes escribir algo sobre un amor platónico.
Mia asintió, pensando en su última pareja, lo cuál había sido un tema recurrente en las conversaciones del grupo. La ruptura de Callum después de tanto tiempo podría ser una fuente de inspiración interesante para Mia, pero también el concepto de un amor platónico añadía una capa de profundidad a las posibles letras de su canción. Mia tomó un sorbo de su bebida mientras reflexionaba sobre las sugerencias de Freya, sabiendo que tenía mucho en qué pensar antes de empezar a escribir.