Sr. Hwang

1.8K 109 73
                                    

Autora: Sandra M.P.
[NO COPYRIGHT 2024]

[SMUT] [+18]

—Felix, ¿y mi café? —el rubio no pudo evitar rechinar los dientes al escuchar aquella voz dándole las buenas —malas— mañanas.

—Ahora mismo, Sr. Hwang. —dijo, con el tono más suave y menos irónico posible.

Llevaba un mes.

Un maldito mes trabajando para él y podía decir que era el peor lugar en el que había trabajado, pero necesitaba el dinero.

Su madre enfermó de repente —o eso afirmaba ella— y no le quedó otro remedio que dejar su trabajo de medio tiempo para buscar algo a jornada completa donde pagaran bien.
Minho le comentó que en su empresa buscaban un secretario, y cuando le mencionó el sueldo no dudó dos veces en suplicarle que por favor, les entregara su currículum.

Quizá aquella no hubiera sido buena idea.

Soltó un pequeño suspiro cuando vio que la cafetera dejaba de verter café y llevó sus manos directamente al depósito de agua.

Vacío, por supuesto. Porque él era el único que sabía rellenar el depósito de agua de aquel aparato.

Ni siquiera le gustaba el café.

Por Dios, odiaba el maldito café.

Y aún así era el único que rellenaba el maldito y asqueroso depósito de agua para que todos pudieran usarla. Vagamente se preguntaba qué pasaría si él dejara de venir a trabajar. ¿Dejarían de beber café porque todos eran tan inútiles que no sabían rellenar la maldita cafetera?

Cuando terminó de rellenarlo retomó el café para su jefe y se cruzó de brazos mientras veía el líquido rellenar la taza.

Ya estaba cansado y acababa de empezar.

"Felix, mi café." "Felix, la impresora no tiene papel." "Felix, a Jacob se le ha vuelto a caer el café." "Felix, Felix, Felix". ¡Agh!

Cristo lo ayudara a encontrar algo mejor y entonces dejaría la empresa por la puerta grande dándole un gran puñetazo en la cara al idiota de su jefe.

Era su secretario, no su maldito esclavo.

La mitad de cosas que le pedía ni siquiera estaban dentro de sus funciones, y aún así las hacía.

—Sr. Hwang, aquí está su... —su boca se quedó levemente abierta y carraspeó un poco al ver la escena.

Aquellos dos sujetos se separaron de golpe. Uno de ellos, al cual conocía únicamente de vista, con las mejillas al rojo vivo, mientras que su jefe lo miraba con una expresión molesta, puede que incluso furiosa.

—¿No sabes llamar a la puerta? —prácticamente le gruñó.

—Disculpe. —en realidad no lo sentía lo mas mínimo. —Le traje su café.

—Ahora no es un buen momento.

Quería tirarle el café caliente recién hecho en la cara. Tardó cinco malditos minutos en prepararlo, y lo trajo nada mas se lo pidió.

—Lo dejaré aquí.  —dijo, dejándolo sobre la estantería más cercana. —Llámeme si necesita algo más.

Y desapareció cerrando la puerta a sus espaldas.

No, no me llames si necesitas algo, maldito idiota.

No recordaba el nombre del otro chico, pero desde luego dudaba que supiera dónde o con quién se estaba metiendo.

Sabía a ciencia cierta la clase de persona que era Hwang Hyunjin. Se le veía cada semana con alguien distinto, así que realmente no le sorprendió demasiado encontrárselo prácticamente encima de otro hombre, pero aún así la imagen le impactó un poco. Porque sí, había oído los rumores, pero no pensó realmente que llegara a encontrárselo en plena acción y mucho menos en su despacho.

Hyunlix | One Shots (Lixjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora