Capítulo 2: Deserción

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Tomioka miraba en silencio a Tanjiro que no paraba de llorar, él se sentía destrozado por dentro aun no lo demostrara, había fallado nuevamente en proteger a alguien. Después dirigió su mirada hacia las ropas de Nezuko y un vago recuerdo de su hermana mayor apareció, para finalmente mirar con un gran odio a Shinazugawa.

- ¿Qué ocurrió?

El patrón preguntaba, aunque se daba una idea de lo que había pasado. Una de sus hijas no sabía cómo explicarle lo que había ocurrido, su rostro que parecía inmutarse ante cualquier situación, por primera vez se veía consternada.

- ¡MALDITO!

El grito de Tanjiro fue lo que acabó por confirmarle al patrón lo que había ocurrido, ese grito tan lleno de dolor e ira solo significaría la perdida de alguien amado, la pérdida de su hermana Kamado Nezuko.

- ¡ERES UN ASESINO! ¡ERES...!

- Yo...

Tanjiro se iba a volcar hacia el pilar del viento, aquel que le había arrebatado a su hermana, estaba tan cegado por la ira que no pensó en las circunstancias en las que se encontraba. Sin embargo, alguien si analizó la situación y detuvo a Tanjiro para evitar su fatídico destino si seguía con ese ataque de ira.

- ¡Suéltame, Tomioka san!

Tanjiro forcejaba con Tomioka para tratar de liberarse de su agarre, luchaba con todas sus fuerzas para que el Tomioka lo soltara y así poder atacar al hombre que tenía al frente.

- No lo lograras.

Fueron palabras fuertes, pero sinceras. Tomioka sabía que en el estado en el que se encontraba su pequeño compañero jamás lograría hacerle daño a Shinazugawa. Estaba herido, estaba desarmado y la mayor de las diferencias era la experiencia, Shinazugawa era un pilar, había derrotado a varios de demonios y hasta algunas lunas demoniacas, el joven mizunoto no tendría oportunidad para vencerle.

- ¡Qué me suelte, yo...!

Un golpe certero en la nuca del chico hizo que su visión poco a poco se fuera oscureciendo. Hacer esto le dolió más a Tomioka de lo que había pensado.

- Tomi...oka...san...

Tanjiro fue noqueado y sujetado con firmeza para evitar que se golpeara la cara de lleno al suelo, Tomioka lentamente lo cargó y lo deposito suavemente en el piso de madera del engawa.

- Oi, ¿Qué crees que haces?

Shinazugawa le preguntó cuando observó a Tomioka ingresar al salón, sus ojos eran más fríos que de costumbre y eso lo sabía Shinazugawa, ya que fue la primera vez que veía al pilar del agua con un sentimiento tan marcado en su rostro.

El ambiente era tenso e incómodo, Kocho sabía que cualquier provocación desataría un gran desastre. Ella estaba a punto de intervenir, pero al sentir la ira emanar del cuerpo de Tomioka la hizo desistir, por primera vez Kocho sintió miedo de su compañero.

- Esto es malo.

Himejima fue el único que se levantó de su lugar, aunque no podía ver, podía sentir toda la tensión entre los dos pilares, sin embargo, unas pequeñas palabras lograron relajar un poco el lugar.

- Giyuu, por favor, no hagas algo de lo que después te puedas arrepentir.

La voz del patrón siempre lograba calmar al más emocional de las personas, es como sentir que se estaba flotando en las nubes al escuchar sus palabras.

Tomioka calmó un poco su ira, al escuchar al patrón recordó una enseñanza de su maestro.

"Debes ser como el agua y siempre mantener la calma."

El deseo de alguien másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora