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Ir al gimnasio sin ti se siente raro, ya no tengo a alguien al cual mirar y sacarle del dedo. Ya no tengo a alguien que me ponga música, que venga y me empuje por nada, a alguien que se pare frente a mi y me mire mal solo por que si. Ya no estas tu, ni tu espíritu, no hay nada de ti en mi vida ya. Aun me pregunto si guardas aquel hot wheels que te regale o si ahora en realidad si lo votaste. En mi habitación guardo una botella de agua, porque es lo único que tengo tuyo, una botella de agua vacía que me compraste una tarde en la cafetería. Espero que algunas noches incluso por unos segundos aparezca en tu cabeza, que pienses en mi aunque sea para maldecirme.

Estar sin ti al principio se sintió bien, ya no pensaba en ti, todo parecía ir de maravilla hasta que los recuerdos comenzaron a llegar. Las fotos que nos tomaron me atormentaban, sonreía al verlas mientras una lagrima bajaba por mi mejilla, ver la sonrisa de ambos era mi mayor alegría, como parecíamos dos tontos en cada una de ellas y ahora... solo quedan los recuerdos de 4 meses. 4 meses que se fueron volando, 4 meses que quisiera volver a repetir, pero esta vez estando mentalizada, de que tu y yo estábamos destinados a conocernos nada más... nada más.

Cartas Olvidadas Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora