Amor Sobrenatural || Emma Stone & Christopher Vélez

Capítulo 8. Hija Prometida

|Emma Stone |

Un día después de la boda

Flashback

Mi cabeza duele, todo está oscuro y frío, no me acuerdo nada de lo que pasó ayer después de que oí sobre vampiros, y hombres convirtiéndose en lobos, eso debe ser una muy elaborada pesadilla, debe estar dormida en la cama antes de la boda, tengo que despertar, tengo que salir de este sueño horrible.

Intenté levantarme pero todo empezó a dar vueltas. Ví un hilo de luz saliendo de la puerta e intenté arriesgar pero no me dieron ni chance, mi cuerpo está adolorido y ahora peor con el golpe que me dieron. 

— Quédate quieta, humana, no saldrás de aquí hasta que tu suegro pague por sus crímenes, ¿Cómo esto es posible? Una humana con un vampiro, esa es la mayor traición que podrías cometer con los de tu especie. —me dijo inconformado y con algo de enojo y asco. Me enfada su voz llena de arrogancia, quiero volver a casa, quiero ver a Christopher.

— Christopher no es un vampiro, es un humano, no sé qué tipo de trampa es esa pero ya pueden parar, no es gracioso. —le dije con molestia y se acercó tomándome del cuello y cerré mis ojos con fuerza sintiendo su agarre fuerte y de repente oí otra voz mas fuerte y rispida detrás de él. 

— Alex sueltala, sabes que no podemos hacerle nada, son órdenes superiores. —dijo el chico autoritário pero al tal Alex parecía no importarle y me soltó bruscamente haciendo que me pegue otra vez la cabeza. Pateó mi vientre haciendo que sintiera mucho dolor, tosí un poco por el dolor y lo miré con odio y si yo pudiera, lo mataría ahí mismo. 

— Alex, joder, aléjate ¿No sabes de qué es capaz? —dijo el otro chico ¿Amedrentado? Alex se ríe y mira al chico que me defiende con cara de burla, todavía siento el dolor del golpe que me dio y posé mi mano en mi vientre adolorido. 

— ¿Capaz de hacer? —rió. — ¿Estás bromeando, verdad? ¿Acaso eres capaz de hacer algo chiquita? ¿eh? ¿Eres una cazadora como tu madre? Porque ella sí estaba de nuestro lado. —me golpeó otro vez con más fuerza y coraje, sentí un dolor como nunca antes he sentido en mi vida y el otro chico intenta defenderme pero el Alex está fuera de control y sentí su siguiente golpe pero algo pasó de esta vez, no sentí dolor, pero sí un fuerte enojo, no sé de dónde vino eso pero una fuerza sobrehumana se apoderó de mí, tomé su pie por sorpresa y lo derribé al suelo, ya no me toques chico, me levanté y como si fuera mágica mis heridas empezaron a sanarse, me miré con incredulidad no tengo idea de lo que está pasando. 

— ¿Que pasa? ¿Qué es eso? ¿Qué pasa conmigo? —pregunté asustada y el otro chico lobo me miró admirado y igual sin creer me miró a la cara, siento una energía dentro mío que es algo difícil de contenerlo, miré con enojo al chico en el suelo pero no quiero hacerle daño, solo quiero irme de aquí. 

— Es real… —escuché el chico hablar. — Despertaste. —dijo admirado sin dejar de mirarme. — Nuestra salvadora despertó. —no entiendo carajos de lo que habló.

— Mira estas engañado, no soy salvadora de nada, solo soy una chica común de la ciudad que ahora está envuelta en cosas inexplicables como lobos y vampiros, cosas irreales que no hacen parte de mí vida, yo solo quiero ir a casa será que podrías dejarme ir..., por favor. —le dije al chico y se acercó un poco más a mí, tomó mis manos con delicadeza y luego me habló. 

— No tienes idea de lo que eres, Emma, no sé como tu padre te podido ocultar esto, tal vez con miedo a perderte, pero… sí haces parte de este mundo, más de lo que puedes imaginar, eres la hija prometida, la que nació para salvarnos del mal que nos asola por miles de años. —¿hija prometida? De qué habla, no soy nada, solo puede estar engañado, me alejé de él y empecé a dar vueltas en el lugar de donde me tienen como rehén.