Little Dragon (➾George Weasley & O/C)

Capítulo 22

—¿De qué hablas?— cuestionó luciendo confundido.

—Salí en la madrugada a recolectar unas plantas para mis pociones al Bosque Prohibido y cuando venía de regreso el Grimm trató de atacarme— expliqué—el profesor de cuidado de criaturas mágicas me salvó.

—Por Salazar Deneb, ¿Cómo se te ocurre ir al Bosque Prohibido, sola, en la madrugada?—cuestionó mostrándose afligido— vaya, ahora me siento mal por el guardabosques y su gallina gigante— se lamentó haciéndome reír por el comentario de la "gallina".

—Es que... debía recoger unas hierbas que solo florecen a cierta hora—en mi defensa no sabía qué más inventar para justificar una imprudencia impropia de mi. —Y no seas cruel, van a sacrificar a la pobre criatura por el idiota de Draco—bufé— ¿Sabes? Tal vez vaya a ver el juicio, ya sabes, darle apoyo y que sepa que no todos los que vestimos de verde somos idiotas.

Blaise rio por el comentario—A veces eres otra cosa Dragneel. Creo que has estado fraternizando demasiado con algunos leones porque es impropio de ti hacer estas cosas. Ir sola a un lugar peligroso casi te cuesta la vida y ahora quieres ir a apoyar al gigante en el juicio del pollo—señaló.

Me sonrojé debido al comentario ya que con los únicos Gryffindor con quienes había estado realmente eran los gemelos Weasley, y esta mañana había sido arrastrada en contra de mi voluntad por Remus, pero eso no se lo diría.

—No fraternizo con leones Zabini, y si fuera como ellos, ni siquiera hubiera ido al bosque por un buen motivo. Hubiera ido en busca de una muerte temprana y nada más.

Blaise se burló de esto y ambos bromeamos por un rato, pero luego me dijo que debía ir a clase de DCAO. Yo por otro lado decidí que me quedaría el resto de la mañana en la torre, tampoco es que tuviera muchos ánimos de ver a Remus. Luego de lo que sucedió en el bosque me surgieron demasiadas dudas respecto a su comportamiento extraño después del ataque de la bestia.

—Deneb— llamó Blaise antes de irse, haciendo que volteara a verlo— recuerda que si el Grimm ya se cruzó en tu camino, se acercan cosas terribles— y con esta última advertencia desapareció por las escaleras.

...

Estuve el resto de la mañana en la Torre de Astronomía divagando, hasta que me quedé dormida. Cuando desperté ya era la hora del almuerzo así que bajé al gran comedor para reunirme con mis amigos, quienes seguro tendrían preguntas, a menos que Blaise les hubiera comentado algo.

Al llegar al comedor me di cuenta que el único de mis amigos que se encontraba ya en el comedor era Theo. Pensé un poco en si acercarme o no, ya que no habíamos hablado mucho desde el incidente del beso, sin embargo, necesitaba una presencia reconfortante que no me hiciera preguntas, y Theodore era el mejor para la tarea.

Tomé asiento al lado de Theo y sin decir nada me recosté sobre su hombro. Mi amigo solo volteó un poco la cabeza comprobando quien se había recostado sobre él. —¿Estás bien? No te ví en toda la mañana.

Suspiré y solo me limité a asentir. Él no hizo más preguntas, solo me dejó estar y se lo agradecí. Sin pedirselo sirvió una pieza de pollo sobre mi plato y un poco de verduras al vapor. La verdad es que no tenía demasiada hambre, así que no hice el intento de levantar mi cabeza de su hombro para comer.

—Deneb debes comer— me instó pero lo ignoré haciéndolo suspirar—si no comes prometo que meteré un bocado a tu boca— sin tomar en cuenta su amenaza lo ignoré nuevamente.

Bruscamente quitó mi cabeza donde la tenía recostada y cuando estaba a punto de reclamarle por la brusquedad, aprovechó que abrí la boca para meter un trozo de pollo forzándome a masticarlo.