ADVERTENCIA
Esta historia contiene representaciones oscuras, y violentas, del mundo del crimen organizado, la agresión sexual, y algunos eventos pueden ser desencadenantes para algunos lectores.
LONDRES, INGLATERRA...
SASUKE HABIA sido Capo por varios años, pero las cosas nunca habían estado tan jodidas como ahora. Estaba apoyado en el borde del amplio escritorio de caoba mientras escaneaba el arrugado mapa que mostraba las fronteras de sus territorios y los pertenecientes a Lirio Negro.
Su Famiglia todavía gobernaba toda la longitud de la costa este de Londres. Nada había cambiado en décadas. Sin embargo, Lirio Negro había extendido su territorio más allá del este, habiendo ganado la ciudad que una vez estuvo controlada por los rusos. Shimura estaba empezando a confiarse demasiado y ahora tenía como cautiva a su Principessa. Ya habían pasado más de treinta y seis horas desde que se llevaron a su gatita y estaba empezando a perder la puta cabeza de nuevo.
Ahora estaba en la oficina de la empresa familiar, viendo los puntos de la ciudad a los que mandaría a sus soldados a atacar. Todo dependía del resultado de aquella reunión con Jinpachi Munachi. El sonido de un teléfono llamó su atención y observó su saco, que seguía en el suelo, donde lo tiró después de quitárselo. Levantándolo, sacó el teléfono y, al ver el nombre de Naruto, contesto: ―Idiota, ya te di toda la información que tengo hasta el momento... No molestes más. Me comunicaré con ustedes luego de la reunión.
―¡Me estoy volviendo loco! ―gimió Naruto, la angustia y la preocupación hacían que su voz sonará mucho más grave―. Necesito saber algo.
Sasuke cerró los ojos, pasando su mano libre por su cabello. ―Todavía no tengo nada. Jinpachi no ha llegado a la reunión y sigo buscando.
―Pero tú eres la mafia. Puedes hacer una mierda. ¿Verdad?
Echo un vistazo a los monitores donde aparecía información por todas partes, pero no había nada que le sirviera.
―Las estoy buscando ―le gruñó, tratando de controlar su propia preocupación―. No pararé hasta encontrarlas. Lo prometo.
El agente se atragantó y el mafioso tuvo que apretar los dientes porque sus propias emociones estaban a flor de piel. Estaba hasta el cuello de preocupación y el puto corazón se le desgarraba en el pecho a cada segundo que pasaba sin saber de Sakura. ―Las encontraré... ―repitió las palabras más para él que para Naruto.
―Okey. Llámame en cuanto tengan algo. Por favor.
―Lo haré– le aseguró y finalizó la llamada.
La encontraría y le daría un buen castigo a su esposa por su imprudencia. Aprendería a no volver a riesgar su vida. La idea le robó el aire de los pulmones porque podría no tener la oportunidad de recuperarla antes de que Danzo o alguno de sus soldados la lastimara. Treinta y seis horas era mucho tiempo. Respiro con dolor y su respiración se aceleró. Era como si el corazón le golpeara las costillas.
Sasuke oyó movimiento detrás de él y, al darse la vuelta miró a Itachi. Le puso una mano en el hombro. No dijo nada porque ya habían pasado por esto y ambos sabían que las palabras no ayudarían en absoluto. Sólo provocarían que sus emociones estallarán como un volcán en erupción.
—Sé que no te gusta la idea —le murmuró Itachi a su hermano.
Sasuke asintió con brusquedad. —No, pero no estoy en posición de negarme a nada.
—Más le vale a Jinpachi proteger bien a nuestra pequeña Sakura— dijo Shisui, sentado junto a su esposa en el sofá de la oficina, mientras giraba su cuchillo entre sus dedos—. Y que sepa lo que está haciendo.
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La Novia de la Vibora
FanfictionSakura Haruno es una chica de diecisiete años acostumbrada a trabajar muy duro para ayudar a su familia. Ella lleva una vida normal como los demás jóvenes de su edad. Un día como cualquier otro mientras vuelve a su casa desde su trabajo a medio tiem...