Jueves, 8:20 AM
Ruth
—Love, hora de levantarse.—
Siento sus manos en mi rostro y sus besos suaves en mi cuello, me siento acalorada; el aire acondicionado no está funcionando, está encendido pero no lo siento y aunque me quite la sábana hace rato siento que estoy sudando.
—Tenemos que salir ahora, love.— Vuelve a llamarme.
—No, déjame dormir.— Digo moviendome para salir de su alcance.
No me quiero levantar, tengo demasiado calor y me duele la cabeza.
—Love, si no quieres ir está bien, pero tu madre ya ha llamado varias veces y le dije que íbamos en camino. Llamala y cancela entonces.—Dice.
La sola mención de las llamadas de mi madre me hace abrir los ojos y sentarme en la cama; no puedo cancelar ahora. El esta frente al espejo, lo veo aplicar loción en sus antebrazos y buscar el perfume en su mesa. —¿Contestaste mi telefono?— Pregunto.
—Después de doce llamadas; pense que habia pasado algo y tu no querias despertar.—
Es la primera vez en la vida que lo veo algo parecido a cansado y aun así parece un maldito dios griego; lleva un polo con estampados de colores distribuidos en los hombros y en el cuello y un pantalón color ciruela que me hace preguntarme si tiene algún fashionista designado que viene de madrugada a prepararle la ropa, lleva zapatos timberland casuales de pana y el color negro griaseo en la pana combina perfecto con el atuendo, paso la vista por su cuerpo y no puedo evitar morbosear al hombre que tengo en frente; me mira con atencion y el pequeño brillo en su muñeca, debajo del reloj llama mi atencion, tiene puesta la pulsera que le regale.
—Love; si vas a mirarme así; pruebame también.—
—Tengo hambre, ¿Qué hora es?— Camina hacia mi sin responder y el aroma del perfume me llena las fosas nasales; Dios mio, este hombre es una tentacion constante, me duele la cabeza, eso sequita con sexo ¿no?, ¿Le importa quitarse la ropa y deshonrarse ahora mismo?, lo que no puedo entender es como esta de pie y vestido si llego casi a las 5 Am, borracho y pidiendo besos.
—Son mas de las ocho, el desayuno lo tomamos fuera; quiero llevarte a desayunar y a comprar lo que prometiste llevar a tu madre, anoche con la salida olvide pasar por la farmacia o pedirlo; pero podemos hacer una parada y comprar los medicamentos y algo para ti... Algo bonito y brillante; o algo sexy y pequeño.—
¿Como sabe que pensaba comprar medicamentos? No recuerdo haberle dicho y no creo haberlo mencionado en la llamada, ademas no quiero salir a ningún lado, me quiero quedar aquí, acostada con el. —¿Y tu como sabes que es medicina?— Pregunto.
—Tengo mis métodos —dice—y lo de quedarnos no es una opción amor; podemos enviarle las cosas a tu madre si quieres, pero quiero llevarte a pasear.—
—Pero me duele la cabeza... — Abro las piernas lentamente recostandome en la cama nuevamente y la vista le cambia mientras se acerca.— No se si pueda salir de la cama con tanto dolor.— Me gusta que me consientan y el solito se metio en este problema, nadie lo mando a mal acostumbrarme.
—Entiendo... ¿Quieres una aspirina? ¿Un café?, ¿Recuerdas cuántos besos me diste anoche?— Pregunta acercandose a la cama.
—¿Recuerdas algo de lo que pasó anoche, Ray? Estabas muy borracho.— Hablo recibiendo las caricias.
Toca mis piernas deslizando las manos desde mis tobillos hasta la cara interna de mis muslos y me acaricia con el pulgar por encima del short, siento el calor subirme por el cuerpo y muerdo mi labio con demasiada fuerza cuando presiona mi timbre con el pulgar, ¿como mierda sabe este hombre donde encontrarlo tan rapido?, sin verlo, presiona y libera varias veces antes de hacer movimientos circulares y acercarse a besar mi cuello liberandolo y presionando toda la palma contra mi sexo. — Estaba borracho, love, no loco... ¿Sabes cual es mi remedio favorito para el dolor de cabeza?— Dios mio, esa voz.
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Eros -Borrador
RomanceNo existen salidas si todas las puertas llevan al mismo lugar; Raymond Vargas sabe esto mejor que cualquiera, estar exiliado parecía la oportunidad perfecta para cambiar su vida. -Solo las partes que no le gustan- Pero desaparecer y dejar todo atrás...